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¿Alguna vez ha sentido un olor que le ha transportado instantáneamente a un acontecimiento pasado, haciéndole revivirlo como si hubiera sucedido de nuevo? La nariz es un órgano extraordinario y, en muchos sentidos, una ventana a nuestro cerebro.
La nariz desempeña un papel central en el sistema otorrinolaringológico, así como en el resto del organismo. Como parte de nuestro sistema respiratorio, su función principal es filtrar, calentar y humidificar el aire que pasa a través de él de camino a los pulmones. Al mismo tiempo, nuestra nariz nos permite detectar millones de olores y vincularlos a nuestra memoria. Proporciona una vía de paso al cerebro a través del nervio olfativo, un nervio craneal responsable de nuestro sentido del olfato. De este modo, la nariz también está intrincadamente conectada con nuestro sistema límbico, que es la principal región de nuestro cerebro vinculada a la emoción y la memoria. Por tanto, no es de extrañar que la pérdida del sentido del olfato tenga un efecto significativo en nuestra salud mental y pueda provocar depresión. Los antiguos egipcios reconocían la importancia de la nariz a la hora de vandalizar sus estatuas (que se creía que podían entrar en contacto directo con los dioses) por motivos políticos o religiosos. Al dañar las narices de las estatuas, pretendían destruir su «aliento de vida».
Los problemas de nariz son muy frecuentes a cualquier edad. Pueden ser muy desagradables, ya que muchos de ellos interfieren con su patrón respiratorio. La respiración nasal puede ayudar a filtrar el polvo y los alérgenos, aumentar la absorción de oxígeno y humidificar el aire. También se cree que la respiración nasal está asociada a la relajación y a la salud cardiovascular a través de la disminución de la presión arterial.
Los problemas nasales pueden consistir en secreción nasal, obstrucción nasal (problemas para respirar por la nariz), ronquidos y trastornos del sueño, hemorragias nasales, pólipos nasales, infecciones agudas y crónicas de los senos paranasales (sinusitis) y pérdida del sentido del olfato (anosmia), entre otros.
Las enfermedades de otros sistemas orgánicos también pueden presentarse o ir acompañadas de problemas en la nariz. Uno de los ejemplos más llamativos es cuando encontramos una pérdida del sentido del olfato en las primeras fases de enfermedades del cerebro y del sistema nervioso central, como el Alzheimer y el Parkinson. En la mayoría de esos casos, los síntomas motores o cognitivos van precedidos de al menos 2 a 4 años de pérdida del sentido del olfato. Muchas enfermedades autoinmunes (en las que el sistema inmunitario del organismo ataca a sus propios tejidos sanos), muestran manifestaciones muy típicas en la nariz. Por el contrario, una nariz tapada que provoque ronquidos y alteraciones respiratorias durante el sueño puede tener efectos importantes en algunos de nuestros otros sistemas orgánicos, por ejemplo, problemas cardiovasculares por una menor captación de oxígeno, e incluso aumento de peso por alteraciones hormonales debidas a la falta de sueño.
Durante su consulta por problemas nasales, el examen puede incluir uno o más de los siguientes aspectos:
Rinoscopia anterior
Se trata de un examen de sus fosas nasales y cavidades nasales, realizado con un pequeño espéculo nasal y una linterna frontal. Nos informará sobre el estado de su tabique nasal, el revestimiento nasal y los cornetes (estantes de hueso en la nariz cubiertos de mucosa). En ocasiones puede ser necesario un frotis nasal. En algunos casos puede cauterizarse un foco de hemorragia, con mayor frecuencia en el tabique nasal. Esto se hace con un bastoncillo químico que contiene nitrato de plata o con corriente eléctrica.
Endoscopia flexible
Consiste en introducir una pequeña cámara en la cavidad nasal para inspeccionar la parte posterior de la nariz, la garganta y la laringe. El endoscopio que utilizamos es un tubo fino y flexible con una diminuta cámara incorporada en la punta. Se inserta en la fosa nasal y se avanza con cuidado un poco más dentro de la nariz, para examinar el revestimiento nasal, las aberturas de algunos de los senos nasales y el espacio que hay detrás de la nariz (nasofaringe). Es ahí donde en los niños, así como en algunos adultos (jóvenes), puede encontrarse un órgano llamado adenoides.
La adenoides es una porción de tejido que forma parte del sistema linfático. Cuando se agranda o inflama, desempeña un papel en las infecciones nasales recurrentes, la secreción nasal, la obstrucción nasal e incluso afecciones del oído como la otitis media adhesiva y las infecciones agudas del oído. La endoscopia flexible se realiza despierto, pero a petición suya se puede utilizar un anestésico local (insensibilizador) en aerosol. En los niños, se utiliza un endoscopio de menor tamaño. En algunos casos optamos por combinar este examen con una intervención quirúrgica bajo anestesia general, especialmente en niños.
- cavidad nasal
- garganta
- cavidad bucal
- lengua
- tubo flexible
- endoscopio
Ilustración utilizada con permiso de MedicalVisuals.
Imágenes – es posible que se le remita a nuestra clínica radiológica para que le realicen un escáner de los senos paranasales; la mayoría de las veces se trata de un escáner CT, pero en algunos casos puede ser más adecuado un escáner MRI. Concertaremos dos citas: una para la exploración y otra de seguimiento en una de nuestras clínicas para comentar juntos los resultados.