Bassols Dorr Guillermo
El cuerpo femenino dispone de dos ovarios, uno a cada lado de la pelvis, responsables de la producción de hormonas femeninas y de la maduración de un óvulo cada ciclo durante la vida reproductiva de la mujer.
Un quiste de ovario viene a ser como una bolsa de contenido líquido, semisólido o sólido, situada en la superficie o en el interior del ovario.
En algún periodo de la vida de la mujer es frecuente encontrar un quiste de ovario: muchos de ellos desaparecerán con el paso de algunos meses (quistes funcionales), mientras que otros darán síntomas molestos, crearán alarma y acabarán siendo extirpados quirúrgicamente (quistes orgánicos).
¿Cuáles son sus síntomas?
Destacamos los más comunes:
- Irregularidades menstruales
- Dolor pélvico de cualquier tipo: constante, intermitente, con las relaciones sexuales, irradiado al abdomen o a las extremidades inferiores, en relación con la menstruación…
- En casos más graves, náuseas, vómitos, molestias al respirar
- Sensación de hinchazón o plenitud del abdomen
- Presión sobre la vejiga o el recto, con dificultades para miccionar o evacuar el intestino
Cualquiera de estos síntomas, solo o acompañado de fiebre, nos obliga a consultar a nuestro especialista.
- Diagnóstico
Los pasos para establecer la naturaleza de un quiste de ovario comprenden:
- Descartar un embarazo
- Ecografía abdominal y transvaginal. Permite identificar la localización, contenido y diámetros del quiste, así como su relación con los órganos vecinos
- Marcadores tumorales. Análisis de sangre específicos para conocer la cantidad de una proteína llamada CA 125, íntimamente relacionada (junto con otros marcadores tumorales) con la naturaleza del quiste de ovario
- TAC y RNM. Métodos de diagnóstico por la imagen utilizados para completar el estudio preoperatorio de un quiste de ovario
- Laparoscopia. Es un método diagnóstico, que al mismo tiempo permite muchas veces ofrecer la solución quirúrgica del quiste de ovario.
- Tratamiento
Dependerá de la edad, del tipo de quiste y de los síntomas que dé.
- Vigilancia armada. Muchas veces no se requiere otra conducta que una nueva exploración en el lapso de uno a tres meses a fin de comprobar que el diámetro del quiste disminuye y llega a desaparecer.
- Tratamiento médico con anticonceptivos hormonales. Supone un reposo temporal de la actividad ovárica y al mismo tiempo reducimos las posibilidades futuras de un cáncer de ovario.
- Cirugía. En caso de que el tamaño del quiste lo aconseje, cuando no se trate de un quiste de naturaleza funcional, o cuando persista el quiste después de unos meses de observación. La cirugía puede limitarse a extirpar el quiste, aunque a veces se hace necesario extirpar todo el ovario. La técnica actual es operar mediante laparoscopia. Sólo en contadas ocasiones se requiere la práctica de una cirugía abierta (laparotomía).
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