La presencia y el tamaño de la cicatriz miocárdica predicen mejor el riesgo de muerte súbita cardiaca
La estimación del riesgo de muerte súbita cardiaca en pacientes remitidos a terapia de resincronización cardiaca, para tratar la insuficiencia cardiaca, sigue siendo hoy en día un reto
La estimación del riesgo de muerte súbita cardiaca en pacientes remitidos a terapia de resincronización cardiaca, para tratar la insuficiencia cardiaca, sigue siendo hoy en día un reto. Algunos de los factores predictivos que se emplean, como la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, han demostrado tener un valor predictivo limitado. Ahora, un estudio liderado por el Dr. Antonio Berruezo, especialista en arritmias del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, demuestra que la presencia y el tamaño de la cicatriz miocárdica predicen mejor este riesgo. El trabajo ha sido publicado en Europace, la revista de la Asociación Europea de Ritmo Cardiaco (EHRA).
"Estudios previos habían demostrado que la presencia, extensión y características de la cicatriz miocárdica eran útiles para predecir eventos arrítmicos graves tanto en la miocardiopatía isquémica como en la no isquémica. Esto podría utilizarse para seleccionar los pacientes con mayor riesgo de arritmia, que se beneficiarían más de un desfibrilador automático implantable frente a la terapia de resincronización cardiaca aislada con marcapasos pero sin función de desfibrilación, tanto en el momento de la implantación como en el del recambio del dispositivo", explica el Dr. Berruezo, quien señala como esto es particularmente importante en pacientes con fracción de eyección del ventrículo izquierdo severamente reducida. "Estos pacientes son candidatos para terapia de resincronización cardíaca, ya que se espera que esta mejore su estado clínico. El problema está en que después de superar el umbral del 35% muchos de ellos pierden la indicación para un desfibrilador automático implantable, que serviría para la prevención primaria de la muerte súbita".
De esta forma, en el estudio se pudo comprobar que la presencia y el tamaño de la cicatriz miocárdica detectada por resonancia magnética con realce tardío con gadolinio determinaba la probabilidad de eventos arrítmicos graves independientemente de la respuesta a la terapia de resincronización y de la cardiopatía subyacente. "Así mismo hemos podido ver que únicamente la combinación de ausencia de cicatriz y respuesta positiva a la terapia de resincronización se asociaba con una supervivencia favorable a largo plazo", continúa el Dr. Antonio Berruezo.
Los hallazgos de este estudio también apuntan a posibles cambios en la clasificación de las miocardiopatías. Tradicionalmente estas se han clasificado en isquémicas frente a no isquémicas, y esto se emplea para determinar, entre otras cosas, el riesgo de muerte súbita cardíaca y mortalidad por todas las causas en candidatos a terapia de resincronización cardiaca. "Este trabajo que ahora hemos publicado y otros anteriores sugieren la necesidad de una reevaluación y de empezar a utilizar el concepto de miocardiopatía asociada a cicatrices en contraposición a la no asociada a cicatrices para estimar mejor el riesgo de muerte súbita cardíaca en los pacientes candidatos a terapia de resincronización cardiaca", añade el Dr. Berruezo.