Sanfeliu Cortés Federico
La menopausia es el cese definitivo de la función ovárica que se manifiesta con la desaparición de las menstruaciones y suele presentarse sobre los 50 años.
La premenopausia es el período que precede a la menopausia, puede durar meses o años y suele ir acompañado de alteraciones del ciclo menstrual.
La postmenopausia es el período posterior a la menopausia y es cuando aparecen las complicaciones y los síntomas por la falta de hormonas que irán apareciendo de forma progresiva con el paso de los años.
- ¿Cuáles son los síntomas de la menopausia?
La mayoría de mujeres sufre algún síntoma desagradable durante la menopausia, aunque hay un 15% que no notarán molestia alguna. También pueden verse afectadas a largo plazo por el déficit hormonal (la osteoporosis).
A corto plazo aparecen los síntomas vasomotores: sofocaciones (sensación de calor que aparece en el tórax e irradia hacia la cara, suelen ser más frecuentes por la noche y pueden influir en el descanso). También pueden aparecer sudoraciones, palpitaciones, migrañas, etc. Puede, al mismo tiempo, aparecer sintomatología de tipo psíquico: nerviosismo, tendencia a la depresión, disminución en la capacidad de concentración, emotividad frágil, etc.
A medio plazo aparece disminución del trofísmo y lubricación de órganos dependientes de las hormonas, afectando sobre todo a la vagina y aparato urinario y manifestándose en forma de sequedad vulvo-vaginal. Puede producirse, en consecuencia, dolor durante el coito.
A largo plazo puede presentarse un incremento del riesgo de la enfermedad cardiovascular. La incidencia de enfermedades como el infarto o la angina de pecho es menor en las mujeres que en los hombres pero se iguala en el período postmenopáusico. Esto es a causa del déficit de estrógenos y del propio envejecimiento. Pueden variar los índices de colesterol, que tanto influyen en la salud cardiovascular.
También puede aparecer la osteoporosis, que es la pérdida progresiva de calcio en los huesos que se acelera en la menopausia por el déficit de estrógenos. Al inicio no se produce ningún síntoma y a medida que progresa la osteoporosis hay una tendencia a sufrir fracturas óseas.
- ¿Cuál es el tratamiento más adecuado para estos síntomas?
La gran variedad individual en la presentación de los síntomas hace que la orientación y el tratamiento deban ser personalizados. No siempre es necesario el tratamiento con medicamentos ya que muchas mujeres pueden beneficiarse de medidas preventivas (higiénico-dietéticas).
Existe controversia sobre la necesidad de tratar o no un fenómeno natural, de ahí la importancia de individualizar cada caso; y en el caso de que la mujer se pueda beneficiar de un tratamiento hormonal debe ser lo más preciso posible y a dosis mínimas efectivas.
La finalidad del tratamiento en este periodo es tratar el síndrome climatérico (sofocaciones, sudoraciones, etc.) y prevenir las consecuencias orgánicas que conlleva el déficit hormonal.
- Tratamiento hormonal. El tratamiento hormonal evita las sofocaciones y sudoraciones, mejora la sequedad de la piel y mucosas y evita que el hueso continúe perdiendo calcio. Debido a los riesgos asociados a la terapia hormonal (cáncer y enfermedades cardiovasculares), su uso debe ser valorado individualmente, estudiándose el balance riesgo-beneficio en cada mujer en función del estado de salud, las necesidades de tratamiento, edad de inicio, duración y tipo de tratamiento (estrógenos o terapia combinada). Existen diferentes formas y vías de administración (oral, parches transdérmicos, pomadas cutáneas...). Actualmente se inicia siempre con tratamiento a dosis bajas (dosis mínima efectiva).
- Estaría especialmente indicado el tratamiento hormonal en los casos de: Menopausia precoz (menores de 45 años), síndrome climatérico florido, atrofia génito-urinaria, osteoporosis.
- También existen una serie de contraindicaciones: Mujeres que sufren cáncer estrógeno dependiente (cáncer de mama y de endometrio), sangrado genital sin diagnóstico, enfermedad hepática activa, hepatopatía crónica, antecedentes de trombosis profunda o enfermedad tromboembólica, embarazo.
- Fitoestrógenos. Los fitoestrógenos son derivados de las plantas biológicamente activas y se encuentran en algunos alimentos como la soja. Las dietas no suelen contener una cantidad suficiente de fitoestrógenos, por lo que a menudo se administran en preparados.
- Tratamientos locales. Disponemos de tratamientos hormonales locales en forma de cremas, óvulos, geles, etc. Al tener un efecto exclusivamente local (mejorando la sequedad vulvovaginal) y no tener efecto sobre la totalidad del organismo no tienen las contraindicaciones que pueden tener los tratamientos hormonales sistémicos, pudiéndose administrar durante periodos indefinidos de tiempo.
- Tratamiento hormonal. El tratamiento hormonal evita las sofocaciones y sudoraciones, mejora la sequedad de la piel y mucosas y evita que el hueso continúe perdiendo calcio. Debido a los riesgos asociados a la terapia hormonal (cáncer y enfermedades cardiovasculares), su uso debe ser valorado individualmente, estudiándose el balance riesgo-beneficio en cada mujer en función del estado de salud, las necesidades de tratamiento, edad de inicio, duración y tipo de tratamiento (estrógenos o terapia combinada). Existen diferentes formas y vías de administración (oral, parches transdérmicos, pomadas cutáneas...). Actualmente se inicia siempre con tratamiento a dosis bajas (dosis mínima efectiva).
- Osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, que se diagnostica la mayoría de las veces después de una fractura ósea. En general la osteoporosis no produce dolor, excepto en un grado avanzado de la enfermedad. La masa ósea puede medirse con la densitometría ósea: es una prueba sencilla que diagnostica de forma segura la cantidad de masa ósea de nuestros huesos, dependiendo del resultado de esta prueba podremos iniciar tratamiento para evitar la progresión de la osteoporosis.
Factores de riesgo:
- Inevitables: raza blanca u oriental, antecedentes familiares de osteoporosis, menopausia precoz, complexión delgada.
- Evitables: alimentación pobre en calcio, exceso de grasas, hidratos de carbono y proteínas; excesos de café, alcohol y la sal; tabaco; inactividad física. Ciertos medicamentos: corticoides, antiácidos con aluminio, hormona tiroidea, antiepilépticos.
Prevención y tratamiento:
- La prevención fundamental se debe empezar desde la infancia. El pico máximo de calcio se alcanza a los 20 años; por ello es necesario insistir en la dieta correcta y rica en calcio.
- La prevención se basa en evitar los factores de riesgo evitables. Se recomienda caminar a paso ligero durante 30-40 minutos al día, al menos 5 veces por semana (ideal marcha nórdica). Tomar el sol 10 minutos diarios favorece la síntesis de vitamina D que a su vez favorece la absorción del calcio que ingerimos.
- En cuanto al tratamiento, disponemos de varias estrategias terapéuticas y preventivas para evitar o prevenir la oteoporosis.
- Entre los tratamientos preventivos además de las medidas higiénico-dietéticas ya comentadas disponemos de compuestos de calcio y vitamina D y de tratamiento hormonal sustitutivo.
- Como tratamientos para mejorar la osteoporosis existen tratamientos hormonales, difosfonatos,calcitonina, etc; debiéndose personalizar cada caso.
Mañana | Tarde | |
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Martes | 09.00 - 14.00 h | 16.00 - 20.00 h |
Miércoles | 09.00 - 14.00 h | 16.00 - 20.00 h |
Jueves | 09.00 - 14.00 h | 16.00 - 20.00 h |
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