Transferencia de embriones congelados o vitrificados
Esta técnica consiste en descongelar o desvitrificar los embriones sobrantes de un ciclo previo de Fecundación In Vitro, que se habían criopreservado, para conseguir una nueva opción de embarazo. Para ello, la paciente debe someterse a un tratamiento hormonal de preparación endometrial, muy sencillo, durante dos o tres semanas, que tiene como objetivo favorecer un endometrio receptivo para la implantación embrionaria.
¿Cómo se realiza la transferencia embrionaria?
La transferencia se realiza en el quirófano contiguo al laboratorio de Embriología para acortar el tiempo que los embriones permanecerán fuera de las condiciones más adecuadas, desde la placa de cultivo al útero. Se realiza bajo control ecográfico vía abdominal, con el objetivo de depositar los embriones en el centro de la cavidad uterina para conseguir la mejor tasa de gestación.
La paciente debe acudir al centro a la hora convenida, habiendo bebido suficiente agua para que la vejiga urinaria permita una correcta visualización ecográfica del útero. La paciente se coloca en posición ginecológica, se procede a asepsia del cuello uterino, se aspira el moco cervical y se introduce la cánula de transferencia con los embriones en su interior y se depositan en la cavidad endometrial.
Por parte del laboratorio, la preparación de la transferencia consiste en la selección de los embriones que se van a transferir y su mantenimiento en las condiciones adecuadas antes de transferirlos al útero. Una vez está todo a punto en el quirófano, el/la embriólogo/a coloca los embriones en la cánula y la entrega al/la ginecólogo/a para que la introduzca en el útero y deposite allí los embriones. Posteriormente, de vuelta al laboratorio, la cánula es revisada bajo el microscopio para asegurar que los embriones no se han quedado en su interior.
¿Qué embriones son los que se seleccionan? ¿Bajo qué criterios se hace esta selección?
Los embriones generados en un ciclo de FIV se mantienen en cultivo dos o tres días hasta el momento de la transferencia. Durante estos días se observan y clasifican. En nuestra unidad seguimos el criterio morfológico de ASEBIR (Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción), pionero en la estandarización de un criterio aplicable en todos los centros del estado español.
Los embriones que reúnan los mejores criterios de calidad son los seleccionados para transferirse.
La ley española vigente permite la transferencia de un máximo de 3 embriones. Sin embargo, para reducir los embarazos múltiples, lo más habitual es la transferencia de dos embriones. La decisión del número de embriones a transferir debe ser personalizada para cada pareja y los factores que se deben tener en cuenta son la edad de la mujer, la calidad de los embriones y el historial reproductivo previo, si lo hubiese.
¿Cuánto tiempo supone la práctica de esta técnica?
El procedimiento en sí es muy corto, puede durar entre diez y veinte minutos desde que la paciente entra en el quirófano hasta su salida.
¿Es un procedimiento doloroso?
El procedimiento es el mismo que se utiliza para una revisión ginecológica, puede resultar algo molesto pero no acostumbra a ser doloroso; aunque en aquellos casos en que se prevén dificultades para atravesar el cuello del útero, la transferencia puede realizarse bajo anestesia.
Posteriormente al tratamiento, ¿qué cuidados debe realizar la paciente?
Aparte de tomar la medicación indicada por el médico, generalmente se recomienda un par de días de reposo y evitar realizar esfuerzos hasta conocer el resultado de la prueba de embarazo.
Los embriones que no se transfieren, ¿qué destino tienen?
El destino de los embriones que no se transfieren depende de su calidad. Así, los embriones que cumplen con unos mínimos de calidad se vitrifican mientras que los embriones de mala calidad se descartan.
La vitrificacion de los embriones sobrantes de la transferencia puede realizarse en dos momentos distintos: si los embriones son de buena calidad, se congelan el mismo día de la transferencia, en caso que los embriones sean de calidad mediana o baja, se mantienen en cultivo dos o tres días más para valorar su desarrollo, que en caso que sea correcto significa que el embrión es viable y, por tanto, se vitrifica.