Castro Domínguez Francisco
La condromalacia rotuliana, también conocida como síndrome femororrotuliano, es una afección que afecta el cartílago de la parte inferior de la rótula (rótula) y el surco (tróclea) al final del hueso del muslo (fémur). Esta afección puede provocar varios síntomas y puede requerir tratamiento.
Síntomas:
- Dolor anterior de la rodilla: el síntoma más común es el dolor en la parte anterior de la rodilla, a menudo descrito como un dolor sordo y doloroso. El dolor generalmente se agrava con actividades que implican doblar las rodillas, como subir escaleras, ponerse en cuclillas o sentarse durante períodos prolongados.
- Sensación de crujido o estallido: algunas personas pueden experimentar una sensación de crujido o estallido en la rodilla al moverla.
- Hinchazón: puede producirse hinchazón alrededor o detrás de la rótula, especialmente después de realizar actividad física.
- Debilidad: la debilidad en los músculos cuádriceps (muslo) es común, ya que el dolor puede limitar la capacidad de hacer ejercicio o realizar actividades físicas.
Causas:
- Mala alineación: el seguimiento inadecuado de la rótula en la tróclea puede provocar un aumento de presión y fricción, lo que provoca daños en el cartílago.
- Uso excesivo o sobrecarga: las actividades que implican flexión repetitiva de la rodilla, particularmente aquellas que ejercen presión adicional sobre la articulación femororrotuliana, pueden contribuir a la condromalacia rotuliana.
- Desequilibrios musculares: la debilidad o los desequilibrios en los músculos alrededor de la rodilla, especialmente los cuádriceps, pueden afectar la estabilidad rotuliana.
- Trauma directo: un golpe directo en la rodilla puede provocar daños en el cartílago.
Diagnóstico:
Evaluación clínica: un proveedor de atención médica realizará un examen físico para evaluar el movimiento, la alineación y la presencia de cualquier síntoma de la rótula.
Estudios de imagen:
- Radiografías: las radiografías pueden ayudar a identificar una anomalía estructural u osteoartritis en la articulación de la rodilla.
- MRI (imágenes por resonancia magnética): a menudo se utiliza una resonancia magnética para visualizar los tejidos blandos, como el cartílago, para evaluar el alcance del daño del cartílago.
Tratamiento:
Tratamiento conservador:
- Descanso: Reducir o modificar las actividades que exacerban los síntomas para permitir que la rodilla sane.
- Fisioterapia: La fisioterapia puede proporcionar ejercicios para fortalecer los cuádriceps y mejorar la estabilidad de la rodilla, así como técnicas para reducir el dolor y la inflamación.
- Dispositivos ortopédicos: las plantillas ortopédicas personalizadas o de venta libre pueden ayudar a proporcionar un soporte adecuado para el pie, lo que puede influir en la alineación rotuliana.
- Rodillera: Las correas o aparatos estabilizadores rotulianos pueden ayudar a sostener la rótula y aliviar el dolor.
- Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para controlar el dolor y la inflamación.
Inyecciones de ácido hialurónico o corticosteroides: en casos de dolor y/o inflamación importantes, se pueden considerar las inyecciones de ácido hialurónico o corticosteroides.
Cirugía: la intervención quirúrgica generalmente se reserva para los casos en los que los tratamientos conservadores son ineficaces o en presencia de daño grave del cartílago. Los procedimientos pueden implicar reparación del cartílago, realineación de la rótula o, en casos graves, reemplazo de la articulación femororrotuliana.
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