Depresión: cómo detectarla y qué hacer ante un supuesto caso
La depresión en cambio, es un trastorno que se caracteriza por la presencia de tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, causando una angustia importante en la persona que la padece así como en su entorno socio-familiar. La depresión es la protagonista del Día Mundial de la Salud de 2017 y el Dr. Albert Majó, psiquiatra, nos ha hablado de cómo prevenirla y cómo afrontarla.
Según datos de la OMS, una de cada cinco personas en el mundo llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, un número que aumenta si concurren otros factores como comorbilidad o situaciones de estrés. En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
Los síntomas más comunes que nos pueden ayudar a detectar una depresión son: sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío, así como desesperanza, pesimismo, culpa, inutilidad, impotencia… es muy habitual la llamada "anhedonia", que es la incapacidad de obtener placer o disfrutar (por ejemplo viendo una película, disfrutando de una cena de amigos…).
Los con depresión puede presentar también irritabilidad, "malhumor", inquietud, así como fatiga y falta de energía. Suelen aislarse, y dejar de relacionarse con su circulo social habitual. Pueden presentar dificultad para concentrarse, para tomar decisiones, insomnio (o dormir demasiado), falta de apetito, dolores y malestares persistentes (dolor de cabeza, problemas digestivos que no se resuelven con tratamiento específico). En algunos casos, pueden presentar pensamientos suicidas, hecho que provoca gran angustia la persona y en su entorno. De ahí la importancia y necesidad de una detección precoz del cuadro depresivo.
Ante la presencia de alguno o varios de los síntomas citados, lo más conveniente es contactar con un especialista en Psiquiatría, para que haga una evaluación diagnóstica completa e instaure, si es necesario, el tratamiento adecuado para cada caso lo más pronto posible, con el fin de evitar que el trastorno evolucione. En la mayor parte de los casos el tratamiento suele ser mixto: combinación de un tratamiento farmacológico y terapia psicológica. No hay que olvidar que detrás de este cuadro emocional citado existe un desequilibrio químico centrado básicamente en los niveles de serotonina cerebrales.
En el tratamiento de la depresión, igual que en el resto de los trastornos mentales, es fundamental la colaboración del entorno familiar, dado que en muchas ocasiones el paciente no es consciente de la gravedad del cuadro y es reacio a pedir ayuda. Es la familia, por tanto, quien detecta los signos de alarma citados y quien convence al paciente para que vida ayuda a un profesional.