Control del reflujo gastroesofágico: consejos prácticos para mejorar tu calidad de vida
El reflujo gastroesofágico es una afección que afecta a muchas personas y que impacta en su bienestar y calidad de vida. Se produce cuando el contenido del estómago asciende hacia el esófago y provoca síntomas como acidez, ardor, y en algunos casos, regurgitación. Además de los síntomas típicos, algunos pacientes pueden experimentar tos, dolor torácico, afonía e incluso infecciones pulmonares recurrentes.
Cuando percibimos el olor de la comida, comienza la digestión. Un proceso que se inicia en la boca con la producción de saliva, que ayuda a descomponer los alimentos y facilita su masticación. Una vez convertidos en bolo alimenticio, la lengua lo empuja hacia la garganta, donde la epiglotis evita que el alimento entre en la tráquea y lo dirige hacia el esófago. El esófago, un tubo de unos 25 cm, transporta el alimento al estómago, donde es descompuesto por los jugos gástricos. Si el esfínter esofágico inferior no cierra bien, el contenido del estómago puede regresar al esófago y causa lo que se conoce como reflujo gastroesofágico.
Entre las causas de esta condición encontramos diversos motivos que aumentan la presión abdominal, como el sobrepeso, la hernia de hiato, y alteraciones en el vaciado del estómago. Algunos medicamentos y alimentos también pueden contribuir a este problema. Por eso, es fundamental adoptar ciertos cambios en los hábitos alimenticios y el estilo de vida para controlar los síntomas.
Recomendaciones dietéticas y de estilo de vida
Para quienes padecen reflujo, una de las primeras medidas que recomiendo a mis pacientes es ajustar su alimentación. Realizar varias comidas pequeñas al día, bien masticadas y sin prisas, ayuda a reducir la presión sobre el esfínter esofágico inferior. Es importante evitar alimentos grasos, procesados, y otros que relajen el esfínter, como el chocolate, el café, la menta, el alcohol y el tabaco.
En cuanto a las técnicas culinarias, aconsejo optar por preparaciones más saludables como el hervido, la plancha o el papillote. Estos métodos de cocción, al ser bajos en grasas, resultan más adecuados para prevenir el exceso de acidez en el estómago.
Además, es recomendable no cenar justo antes de acostarse; lo ideal es dejar un margen de al menos dos o tres horas. Para quienes sufren de síntomas nocturnos, elevar la cabecera de la cama puede ayudar a evitar que el ácido suba durante el sueño.
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Cuida tu salud digestiva
En Centro Médico Teknon, estamos comprometidos con ofrecer un enfoque integral y personalizado para el tratamiento del reflujo gastroesofágico. No dudes en consultarnos si experimentas alguno de estos síntomas o deseas más información sobre cómo controlar tu reflujo de manera eficaz.