Tratamiento de Tobillo y Pie


TOBILLO-Y-PIETOBILLO-Y-PIE


Pinzamiento del tobillo

El síndrome de pinzamiento del tobillo es una inflamación en la zona anterior o posterior del tobillo. Se produce por un contacto anormal entre las superficies articulares de la tibia y el astrágalo o calcáneo, que produce una inflamación de la cápsula sinovial. Esto da como resultado la formación de osteofitos (espolones óseos). Es una lesión muy común en futbolistas y bailarines.

El pinzamiento anterior del tobillo produce dolor en la parte anterior del tobillo debido a la compresión del hueso o de las estructuras de los tejidos blandos durante las actividades de dorsiflexión máxima.

El pinzamiento posterior del tobillo produce dolor en la parte posterior del tobillo debido a la compresión del calcáneo y la tibia, cuando el pie y el tobillo se alejan al máximo del cuerpo en un movimiento de flexión plantar.

Tratamiento:

  • Conservador: Hielo, AINE, infiltración de corticoides, PRP (Platelet-rich-plasma) o ácido hialurónico.
  • Cirugía: la cirugía artroscópica o abierta de la articulación del tobillo para extirpar los osteofitos se realiza cuando el tratamiento conservador no tiene éxito. La actividad progresiva puede comenzar diez días después de la cirugía y volver a la práctica deportiva normal después de aproximadamente tres meses.

Lesiones del cartílago (osteocondritis del astrágalo)

Esta es una lesión del cartílago en el astrágalo y el hueso subyacente dentro de la articulación. La mayoría se encuentran en la zona posteromedial o anterolateral y son consecuencia de un traumatismo. El dolor suele sentirse en la parte medial o lateral del tobillo con periodos de hinchazón intermitente, pseudobloqueos, inestabilidad o esguinces repetitivos.

Hay tres niveles de lesiones: Grado I – cartílago fino pero intacto, Grado II – cartílago blando y Grado III – cartílago fisurado.

Tratamiento:

El tratamiento depende de la extensión y de las lesiones asociadas que generan inestabilidad en la rodilla.

En todos los casos se realiza un tratamiento conservador ya que retrasar la cirugía no empeorará el cuadro. Consiste en la inmovilización con yeso y carga de peso después de seis a doce semanas.

La cirugía es abierta o artroscópica y puede consistir en:

  • Microperforaciones: Perforaciones de hueso y fibrocartílago para aumentar la vascularización de la zona y ayudar a la posible regeneración del cartílago con fibroblastos.
  • Eliminación de fragmentos, limpieza de la lesión, fijación interna de los fragmentos.
  • Mosaicoplastia: trasplante de una pieza de otra articulación de menor carga en el área lesionada.
  • Implantación de condrocitos autólogos: un cultivo de células del paciente se procesa en el laboratorio y la matriz de colágeno resultante se implanta en el área lesionada.
  • Aloinjerto osteocondral.

Fractura de plafón tibial (pilón tibial)

Se trata de una fractura articular grave y compleja de la superficie de carga de la tibia distal. Es una lesión por carga axial de alta energía con un daño considerable en el hueso y los tejidos blandos. La mayoría se deben a un traumatismo, como un accidente automovilístico, y requerirán cirugía.

Tratamiento:

Como suelen ser lesiones de alta energía, el tratamiento depende del grado de lesión de los tejidos blandos y de los fragmentos fracturados que la acompañan. La mayoría requiere cirugía para restaurar la superficie articular y poder realizar una movilización temprana. Esta es una cirugía de gran complejidad técnica.


Fracturas maleolares

Estas fracturas son las segundas fracturas más frecuentes del miembro inferior después de la cadera. Dependen de la posición del tobillo cuando se produce la fractura y se producen por torsión o rotación del quinto astrágalo dentro de la zona tibioperonea. Se clasifican en Infrasindesmóticas (estables), Transindesmóticas (50% estables) o Suprasindesmóticas (100% inestables).

  • Fracturas del maleolo peroneo
  • Fracturas del maleolo tibial
  • Fractura maleolar posterior (fractura de Volkmann)

Tratamiento:

El tratamiento puede ser conservador para fracturas estables no luxadas sin lesión del cartílago. Sin embargo, se requerirá cirugía para la mayoría de las fracturas, ya que, tienden a ser inestables y tienen lesiones asociadas de ligamentos y tejidos blandos.


Esguince de tobillo

Esta es una lesión muy frecuente que ocurre cuando los ligamentos que sostienen el tobillo se estiran más allá de su límite y se rompen. La mayoría de los casos afectan al ligamento peroneoastragalino anterior.

Varían en severidad dependiendo del daño a los ligamentos taloperoneal anterior y peroneo-calcáneo que pueden estirarse, romperse parcialmente o romperse por completo.

Tratamiento:

  • El tratamiento tiene como objetivo reducir el edema, proteger el ligamento y restaurar la función.
  • La mayoría de los esguinces son lesiones menores y se pueden tratar con reposo, hielo, yeso y rehabilitación funcional y ortesis. Los esguinces más graves pueden provocar esguinces repetidos o dolor crónico en el tobillo si no se tratan.
  • La cirugía es rara y se realiza principalmente en atletas o pacientes que experimentan inestabilidad persistente del tobillo después de meses de rehabilitación y tratamiento no quirúrgico.

Hallux rígido

El "dedo gordo del pie rígido" es una afección dolorosa de la articulación metatarsofalángica (MTF) que causa limitación de la dorsiflexión. Es la artrosis más frecuente del pie y puede estar causada por gota, por un traumatismo o un defecto articular. El inicio suele ser insidioso, con dolor especialmente al caminar.

Tratamiento:

  • Conservador: el tratamiento conservador inicial consiste en zapatos anchos con suelas rígidas para disminuir el movimiento de la articulación.
  • Cirugía: puede ser necesaria dependiendo de la gravedad de la afección. La cirugía tiene como objetivo mejorar y aumentar la dorsiflexión.
  • La artrodesis metatarsofalángica, donde los huesos se fusionan, puede recomendarse para daños muy graves en el cartílago.

Hallux valgus

Esta es una deformidad progresiva común del antepié que causa síntomas en el borde medial del pie, la planta y los dedos pequeños. Produce juanetes y muchas veces se debe a zapatos que no calzan bien pero también puede ser causado por disposición familiar. Las mujeres se ven más afectadas que los hombres debido al uso de zapatos más estrechos y de tacón alto.

Tratamiento:

  • El tratamiento conservador consiste en ajustar el calzado: utilizar calzado ancho, suave y suelas acolchadas.
  • La cirugía sólo está indicada si existe dolor con deformidad importante o limitación del uso del calzado. Se practica una bunionectomía, realineación de partes blandas, osteotomías de la cabeza del primer metatarsiano y osteotomía de falange proximal.

Fascitis plantar

La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en el talón y ocurre cuando la banda de tejido que sostiene el arco del pie se estresa demasiado y se producen microdesgarros que causan inflamación. Suele estar causado por microtraumatismos repetidos en deportistas, por el pie plano o por un acortamiento del tendón de Aquiles.

Tratamiento:

En el 90% de los casos, las condiciones mejoran en un año, independientemente del tratamiento utilizado.

El tratamiento conservador consiste en fisioterapia, el uso de férulas nocturnas, plantillas de zapatos de apoyo, infiltraciones de esteroides, infiltraciones de PRP y terapia de ondas de choque extracorpóreas (ESWT).

La cirugía se realiza si después de un año de tratamiento conservador los síntomas aún persisten. Consiste en una liberación de la fascia plantar mediante descompresión quirúrgica.


Lesiones del tendón de Aquiles

Este tendón es el más grande del cuerpo y une los músculos de la pantorrilla con el talón. Soporta mucho estrés y presión, ya que cruza dos de las articulaciones más grandes del cuerpo y transmite fuerzas de hasta seis a diez veces el peso del cuerpo al caminar. Las lesiones suelen ser causadas por predisposición anatómica, ejercicio excesivo o actividad deportiva con dorsiflexión repentina del tobillo y el pie. La ruptura puede ser incompleta y ocurrir como una lesión crónica. Todos pueden conducir a tendinitis o a ruptura.

Tratamiento:

  • Conservador: Yeso por un mínimo de ocho semanas o tratamiento funcional donde después de dos semanas de inmovilización se coloca el pie en ortesis CAM-Walker con inicio temprano de fisioterapia. Dependiendo de la lesión se puede valorar tratamientos con infiltraciones intraóseas e intratendón de PRP y células madre mesenquimales.
  • Cirugía: la reparación directa con tenografía da mejores resultados o técnicas mínimamente invasivas con suturas percutáneas que permiten un retorno más rápido a la actividad, mayor fuerza en la flexión plantar y una menor tasa de recurrencia. La cirugía siempre se recomienda para lesiones crónicas.

Tendinitis aguda de Aquiles

Se trata de una inflamación aguda del tendón de Aquiles, el paratendón o la bursa retrocalcánea, generalmente debido a un microtraumatismo por ejercicio extenuante o uso excesivo. Provoca dolor y edema y es frecuente en deportistas como corredores o tenistas.

Tratamiento:

  • Conservador: reposo, AINE y fisioterapia. No se debe utilizar la infiltración de corticosteroides porque se puede correr el riesgo de romper el tendón.
  • Cirugía: para liberar el paratendón si falla el tratamiento conservador. Por lo general, se recomienda si el dolor persiste durante más de seis meses.

Tendinitis crónica de Aquiles

Se produce por cambios degenerativos crónicos donde las fibras de colágeno que forman el tendón se deterioran. A menudo, esto es el resultado de una tendinitis no tratada que produce un dolor duradero y que aumenta con la actividad.

Tratamiento:

  • Conservador: similar al de la tendinitis aguda.
  • Cirugía: resección de la porción lesionada del tendón, extirpación de la bursa, calcificaciones o exostosis y reinserción o reparación del tendón. En determinados casos y dependiendo de la edad del paciente se realiza una transferencia tendinosa del flexor largo del dedo gordo o del peroneo lateral corto.

Fractura de astrágalo

El astrágalo compone la parte inferior de la articulación del tobillo y es responsable del 90% de la movilidad del pie y del tobillo. Las fracturas de astrágalo generalmente son el resultado de un impacto de alta energía y muchas veces requieren cirugía para prevenir problemas futuros. Las fracturas de astrágalo se clasifican según la gravedad y la dislocación.

Tratamiento:

Las opciones de tratamiento no quirúrgico pueden ser posibles si la fractura es estable y no está desplazada. Sin embargo, debido a la naturaleza de alta energía de estas fracturas, la mayoría de las veces se requiere cirugía.


Fractura de calcáreo

El astrágalo compone la parte inferior de la articulación del tobillo y es responsable del 90% de la movilidad del pie y del tobillo. Las fracturas de astrágalo generalmente son el resultado de un impacto de alta energía y muchas veces requieren cirugía para prevenir problemas futuros. Las fracturas de astrágalo se clasifican según la gravedad y la dislocación.

Tratamiento:

El tratamiento puede ser tanto conservador como quirúrgico, requiriendo la mayoría cirugía: reducción abierta, artrodesis subastragalina o artrodesis diferida. Las fracturas extraarticulares generalmente se tratan de forma conservadora.


Fractura metatarsiana

Una fractura metatarsiana suele ser una fisura, delgada como un cabello, en un hueso metatarsiano del pie. La mayoría son causados ​​por traumatismo directo o, a veces, indirectamente por avulsión, como ocurre en la base del 5º metatarsiano, que es la más frecuente. Estas fracturas se pueden clasificar como avulsión de la apófisis estiloides, unión metafiso-diafisaria y fractura por estrés de la diáfisis proximal.

Tratamiento:

El tratamiento puede ser tanto conservador como quirúrgico dependiendo de si hay desplazamiento o si la fractura es intraarticular. El injerto óseo puede ser necesario en casos de pseudoartrosis.


Fractura de Lisfranc (fractura-luxación tarsometatarsiana)

La articulación de Lisfranc es donde se unen los huesos metatarsiano y tarsiano y, el ligamento de Lisfranc, da estabilidad a esta articulación.

Una fractura-luxación de Lisfranc implica una lesión en el hueso y en el tejido blando en la articulación tarsometatarsiana y, con mayor frecuencia, se debe a una torsión o un traumatismo de alta velocidad. En hasta un 20% de los casos se diagnostican mal o se diagnostican tarde. Las lesiones de Lisfranc se pueden clasificar en: completas o psilaterales, parciales o divergentes.

Tratamiento:

El tratamiento de las luxaciones es quirúrgico con reducción cerrada lo antes posible o mediante reducción abierta y fijación temporal.