Instituto de Psicología Morgenstern
El Trastorno de Pánico se caracteriza por la presencia de ataques de pánico repetidos e inesperados. Un ataque de pánico consiste en una oleada súbita de miedo o malestar intenso que puede producirse desde un estado de relajación (pudiendo despertar del sueño) o desde un estado de nerviosismo. La persona presenta síntomas tales como: palpitaciones, sensación de asfixia, opresión o dolor en el tórax, sensación de ahogo, sudoración, mareos o náuseas, escalofríos, parestesias (hormigueo), sensación de irrealidad (desrealización) o sensación de estar separado de uno mismo (despersonalización), miedo a perder el control o a estar sufriendo un infarto u otra enfermedad grave.
Tras sufrirlo, manifestará una preocupación continua de que pueda volver a ocurrir. Así, es frecuente que la persona que lo padece evite realizar ejercicio físico, consumir determinados alimentos o evite aquellas situaciones que se relacionan con el ataque de pánico. Es habitual que el trastorno de pánico acabe desembocando en agorafobia y que curse de forma comórbida con otros trastornos de ansiedad o con trastornos depresivos.
En el Instituto de Psicología Morgenstern te proporcionamos las estrategias necesarias para reducir la frecuencia, intensidad y duración de los ataques de pánico. A través de distintos ejercicios (siempre adaptados al ritmo de cada persona), se aumenta la tolerancia a estas sensaciones físicas. Asimismo, te ayudamos a identificar la forma en que estas sensaciones influyen en tus pensamientos y conductas, y como, a su vez, los pensamientos y conductas pueden intensificar estas sensaciones somáticas. Es importante explorar las causas que han desencadenado los ataques de pánico como estrategia preventiva y de autoconocimiento.