Servicio de Aparato Digestivo
¿Qué es la esofagitis eosinofílica?
La esofagitis eosinofílica es una enfermedad causada por una inflamación de tipo alérgico de la pared del esófago. El esófago es el tubo muscular que une la boca con el estómago, por donde pasa la comida que deglutimos. Al ser una estructura tubular, cuando se inflama se produce el engrosamiento de sus paredes y por tanto una disminución del calibre de la luz esofágica, lo que origina los síntomas que aquejan los pacientes.
Los principales síntomas son: dificultad para deglutir (la comida se queda parada en el esófago), lo que se conoce como disfagia; dolor en el centro del pecho al tragar (odinofagia), y también con frecuencia sensación de ardor en el pecho. La disfagia es el síntoma más frecuente, y llegar a ser tan importante que muchos pacientes han de acudir a Urgencias porque la comida se les queda completamente parada y no pueden tragar ni siquiera la saliva (impactación esofágica). En estos casos puede ser necesario hacer una endoscopia urgente para quitar el trozo de comida que produce la obstrucción.
Como ya hemos comentado el origen de la inflamación es por alergia a algún alimento o sustancia. Cuando podemos detectar por estudios de alergia cuál es el alimento responsable, la supresión del mismo conlleva que el esófago se desinflame y los síntomas desaparezcan (hasta que la persona vuelve a comer el alimento en cuestión). Lamentablemente sólo en un pequeño porcentaje de pacientes podemos encontrar el alimento responsable. La mayoría de los pacientes necesitan recibir tratamiento médico para poder controlar sus síntomas.
¿Cómo se diagnostica una esofagitis eosinofílica?
El diagnóstico de la esofagitis eosinofílica se establece cuando en un paciente con síntomas compatibles, efectuamos una endoscopia y se detecta un aumento de eosinófilos (son unos glóbulos blancos que también están en la sangre y que se relacionan con las enfermedades alérgicas) en las biopsias de la mucosa esofágica. Este es el principal criterio para realizar el diagnóstico.
En la endoscopia en muchos casos, además se observan lesiones que son muy sugestivas del diagnóstico de esofagitis eosinofílica, como son la presencia de pliegues en la mucosa del esófago tanto concéntricos como surcos longitudinales. También se pueden ver en ocasiones como pequeños grumos blanquecinos en la mucosa. Pese a ser muy sugestivo, el diagnóstico tiene que ser por biopsia compatible.
¿Cómo se trata una esofagitis eosinofílica?
El tratamiento, en el caso de que no encontremos el alérgeno responsable de la reacción esofágica, es administrar antiinflamatorios de la mucosa esofágica, principalmente corticoides tópicos, y fármacos que neutralicen el reflujo ácido, que empeora los síntomas de estos pacientes. En casos más graves puede ser necesario administrar corticoides sistémicos o incluso realizar dilataciones esofágicas.
Con el tratamiento médico administrado la mayoría de pacientes controlan perfectamente sus síntomas, pudiendo realizar una vida completamente normal y, en la mayoría de casos, sin ninguna secuela a largo plazo.
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