Diagnóstico y Tratamiento: Miramos más allá de la nariz

La septoplastia es una intervención quirúrgica destinada a corregir una deformidad del tabique nasal -septo- o reconstruirlo.

Las alteraciones en la forma y en el crecimiento del tabique nasal pueden ser de origen congénito, desarrollarse durante el crecimiento o aparecer como consecuencia de un traumatismo.

La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles.

La intervención se realiza en el quirófano con anestesia general o con anestesia local y sedación, siempre con la asistencia de un anestesista, y es necesaria la estancia en clínica de unas 6 horas después de la intervención.

A pesar de que tiene una finalidad funcional, en ocasiones, se puede practicar conjuntamente con la rinoplastia u otros tipos de cirugía, como la de cornetes o de la válvula nasal.

La válvula es el espacio piramidal comprendido por las narinas, el septo cartilaginoso, y el cartílago alar, y tiene una doble función: transformar una corriente aérea columnar en otra laminar, para obtener un amplio contacto del aire inspirado con la mucosa, y permitir durante la inspiración un notable aumento de la presión negativa a la rinofaringe.

Las variaciones anatómicas de la región valvular pueden producir alteraciones en la función respiratoria nasal.

La patología valvular puede ser congénita o adquirida y afecta de una manera general a todas las formaciones anatómicas que constituyen el área valvular.

Se considera que un 13% de los pacientes con obstrucción nasal crónica sufren un colapso de la válvula nasal, y un 88% de estos pacientes sufren un colapso unilateral.

La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles.

Los cornetes son unas estructuras alargadas y de tejido eréctil situadas en el interior de las fosas nasales con un lámina delgada de hueso en su interior. Proporcionan una respiración óptima, facilitando la limpieza, el calentamiento y la humidificación del aire que inspiramos.

Los cornetes pueden adoptar un volumen más grande del normal, por diferentes causas, alterándose las funciones. La dificultad para respirar por la nariz obliga al paciente a respirar por la boca.

Esta intervención se hace de forma ambulatoria en el quirófano, y en los casos que se puede hacer con radiofrecuencia o láser, incluso en la misma consulta.

La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles.

La cirugía endoscópica nasosinusal es una intervención que agrupa varias técnicas quirúrgicas.

Su objetivo es reparar las estructuras anatómicas anómalas y/o extirpar las lesiones que alteran las funciones normales de la nariz, de los senos paranasales y de los demás órganos vecinos.

Dependiendo de la magnitud de las lesiones, el cirujano corregirá o extirpará más o menos cantidad de estos elementos.

La intervención se hace con anestesia general o local con sedación.

La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles, utilizando instrumentos ópticos (endoscopios y fuentes de iluminación conectados a sistemas de televisión y vídeo).

Los adenoides se encuentran ubicados a la parte superior de la garganta detrás de la nariz y en el techo de la boca o paladar blando.

Su función es la de ‘atrapar’ las bacterias y virus que entran con el aire que respiramos.

Los problemas más comunes que afectan los adenoides son las infecciones repetitivas de la garganta, del oído y la hipertrofia u obstrucción significativa que causa problemas en la respiración.

La intervención se hace con anestesia general.

El paciente necesitará una estancia en clínica mínima de unas horas después de la intervención.

La rinoplastia es una intervención quirúrgica que modifica la dimensión y la forma de la nariz para mejorar su aspecto de forma que sea harmónica con el resto de las estructuras faciales, respetando o mejorando la función.

A menudo se combina con otras intervenciones como la septoplastia, la cirugía de cornetas, la cirugía endoscópica nasosinusal, o la cirugía de la válvula nasal, que mejoran la funcionalidad de la nariz.

Las técnicas quirúrgicas permiten el abordaje por las fosas nasales, sin cicatrices externas. Si a pesar de todo, hay que hacer alguna incisión externa, se busca su camuflaje en la base de la nariz o en algún pliegue natural de la piel.

La rinoplastia requiere anestesia general o local, y por lo tanto se tiene que practicar en el quirófano.

Los resultados definitivos se obtienen entre los 6 meses y los 2 años.