Patologías: ¿Qué narices me pasa?

La congestión y la mucosidad, los estornudos o el goteo nasal pueden ser síntomas de un resfriado o de un proceso alérgico, y por eso mucha gente no les presta la atención necesaria.

Estos son también los principales síntomas de la rinitis y la sinusitis, que son una inflamación y engrosamiento de la mucosa nasal, de los cornetes y de los senos, que pueden acabar en la formación de pequeños tumores, los pólipos nasales.

La rinitis, la sinusitis y los pólipos nasales afectan de forma significativa la vida de las personas, provocando infecciones de repetición, malestar general, disminución del rendimiento, dolores de cabeza, irritabilidad…

Un diagnóstico a tiempo puede evitar problemas más graves.

Las dificultades para respirar, la nariz o las orejas tapadas, las migrañas, el sangrado de la nariz, la sequedad de boca y faringe pueden ser síntomas de una obstrucción nasal.

Cuando hay una obstrucción nasal el aire no puede circular adecuadamente por la nariz, no se humidifica ni se calienta bien y no llega en condiciones óptimas a los pulmones.

Una de las causas más frecuentes de obstrucción nasal es la desviación del tabique. Esto puede causar hipertrofia de los cornetes.

Los cornetes también se pueden hipertrofiar como consecuencia de alergias o intolerancias, cambios hormonales o endocrinos, el estrés…

Muchas veces la obstrucción nasal es el síntoma de inicio de un tumor nasal, ya sea benigno o maligno.

Un diagnóstico cuidadoso permite hacer un tratamiento completo de las causas y la sintomatología.

Los ronquidos son la vibración que se genera cuando hay una obstrucción del paso del aire por la nariz, y la apnea es la forma más exagerada del ronquido, cuando el paso del aire se bloquea durante unos cuantos segundos.

Además de la falta de descanso, y los problemas derivados -somnolencia, falta de concentración, irritabilidad, dolor de cabeza, disminución del deseo sexual…- los ronquidos y las apneas pueden causar con los años problemas cardiovasculares de diferente gravedad.

Una exploración completa permite un diagnóstico preciso sobre la gravedad del problema y las consecuencias para la salud del paciente, y un tratamiento adecuado.

Una alteración en el olfato o el gusto disminuye la calidad de vida de las personas a diferentes niveles, y puede tener consecuencias graves.

Los trastornos del olfato y el gusto raramente constituyen una amenaza para la vida de las personas por lo que muchas veces no se les da uno adecuada atención médica.

Estas alteraciones pueden ser consecuencia de infecciones de origen vírico o bacteriano, de una rinosinusitis o de un traumatismo.

También pueden causarlas el uso abusivo de medicamentos o de substancias tóxicas, los cambios hormonales, las enfermedades inmunológicas, metabólicas o endocrinas e, incluso, los problemas psiquiátricos y psicológicos.

Un estudio detallado de las causas, permite encontrar la mejor solución.

Algunas personas no se sienten a gusto con su nariz, ya sea debido a deformidades congénitas o adquiridas, como consecuencia de un traumatismo, o porque han recibido por herencia una nariz con una dimensión o forma con la que no se sienten bien.

En cualquier caso, la persona busca una mejora de su aspecto, que muchas veces se combina con una mejora funcional de la nariz, y que redunda en una mejora psicológica del paciente.

La comunicación entre el paciente y el cirujano permite comprender qué mejora se quiere conseguir, ayuda a que las expectativas sean realistas y los resultados de la intervención satisfactorios.