Cirugía de varicocele
¿Qué es el varicocele?
El varicocele se produce cuando las venas que drenan la sangre de los testículos se dilatan. Esta dilatación puede provocar una lesión en la función de los testículos, afectando gravemente la fertilidad masculina, ya que disminuye la capacidad de producir espermatozoides, puede crear lesiones en el tejido testicular y afectar el tamaño de los testículos.
La gran parte de varicoceles se producen en el lado izquierdo, afectando raramente el lado derecho. La incidencia del varicocele es alta (15% de los varones) y afecta un 40% de hombres que presentan problemas de fertilidad.
¿El varicocele tiene síntomas? ¿Cómo se diagnostica?
La mayoría de varicoceles no presentan síntomas, es por ello que su diagnóstico suele hallarse durante una revisión de la bolsa escrotal para estudiar la infertilidad o determinar la presencia de molestias en la zona inguinal o testicular de forma inespecífica (agrandamiento y retorcimiento de las venas en el escroto). Estas afectaciones mejoran en un 60-70% tras el tratamiento adecuado (varicocelectomía).
El proceso de diagnóstico más común es mediante la exploración del contenido escrotal, en la cual se observan los tejidos y la bolsa. Esta exploración acostumbra a realizarse durante el estudio de fertilidad masculina, siendo el varicocele la causa más comuna de infertilidad en hombres. Asimismo, el uso de las nuevas tecnologías también permite obtener un análisis de la zona mediante:
- Ecografía
- Eco-doppler
- Venografía, utilizada ocasionalmente para analizar las venas de la zona escrotal y del conducto
- Termografía, que se utiliza para determinar la temperatura intraescrotal, que acostumbra a ser de 34,37 +/- 0,87º, siendo su temperatura normal de 33,07 +/- 1º. La mejora de la temperatura permite restaurar el correcto funcionamiento espermático. Actualmente, la termografía se utiliza en muy raras ocasiones.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento que se realiza en el caso de varicoceles es la varicocelectomía subinguinal microquirúrgica. Esta técnica consiste en localizar las venas testiculares dilatadas para ligarlas y seccionarlas utilizando un microscopio quirúrgico para preservar las arterias, los vasos linfáticos y el conducto deferente que lleva los espermatozoides. Es un procedimiento que se realiza mediante anestesia raquídea, que hace efecto más rápido, y se realiza mediante la introducción de la anestesia mediante la medula espinal a través de una aguja fina, dando lugar a una recuperación más rápida, permitiendo que el ingreso sea de corta estancia.
La incisión realizada es de 2-2,5 cm en el anillo inguinal externo que permitirá acceder al anillo inguinal interno. A través de esta incisión se puede acceder al cordón espermático para observar las venas dilatadas que se entremezclan con la arteria testicular. Tras ello, se localiza la arteria testicular y los vasos linfáticos para no ligarlos, y se seccionan las venas a medida que se van ligando con el fin de evitar el reflujo de la sangre del riñón al testículo.
¿Qué resultados puede esperarse?
Los resultados de la intervención muestran una mejora en el 60-70% de los varones, siendo el porcentaje de embarazos entre 20-65%, con una media de 35%. Asimismo, es muy importante el uso de esta técnica porque permite detener el deterioro de la función testicular, ya que elimina los futuros daños en la función hormonal testicular.
Los resultados son más altos en los casos de los pacientes más jóvenes, siendo la mejora posquirúrgica más alta en aquellos pacientes con mayor varicocele.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
Las complicaciones más comunes en este procedimiento son:
- Hidrocele. El hidrocele es la acumulación de líquido seroso en una cavidad, en este caso se produce en el cordón espermático, dando lugar a una posible hernia inguinal. Para evitar esta posible complicación, con una incidencia del 4-33%, es importante utilizar lentes de aumento para preservar los vasos linfáticos.
- Lesión o ligadura de la arteria testicular. La arteria testicular acostumbra a tener entre 0,5 y 0,8 mm. En el 40% de casos la arteria está adherida a la vena espermática dilatada y en un 20% rodeada por una fina red de venas y mayormente espasmodizada o contraída, con lo que dificulta la realización de la disección y preservación, pudiendo provocar una atrofia testicular. Con el uso de lentes de aumento o microscopio se disminuye el riesgo.
- Fallo o persistencia del varicocele a pesar de la cirugía.