¿Sabías que el agua de la piscina puede amarillear los dientes?
Imagen: Aquchara en Unsplash
El sarro del nadador se produce porque el pH del agua de las piscinas es ligeramente superior (más básico) que el de nuestra saliva, lo que favorece un mayor depósito de sarro y cálculo en los dientes de estos pacientes que frecuentan más a menudo la piscina.
Este sarro puede manchar los dientes, pero cuando éste se acumula y no se elimina, las bacterias se adhieren y se produce una respuesta inflamatoria por parte de nuestras encías, pudiendo dar lugar a patologías periodontales graves si no es tratado.
Aunque pasar muchas horas en la piscina puede producir y favorecer este mayor depósito de sarro, hay muchos otros factores que influyen en este fenómeno. Las recomendaciones para estas personas que pasan tantas horas en la piscina son, principalmente, mantener una óptima higiene bucodental (no olvidar cepillarse los dientes como mínimo tres veces al día) y visitar al odontólogo para que éste valore la necesidad una higiene profesional (sobre todo si el nadador se dispone a realizar un tratamiento intenso, antes de una competición por ejemplo).
La mejor manera de prevenir patologías graves derivadas del cúmulo de cálculo es manteniendo una higiene adecuada y acudir al dentista periódicamente.
Encontrarás más información en el Instituto Maxilofacial de Centro Médico Teknon.