Traumatismos del hombro
El hombro es la región anatómica que conecta el tronco con el brazo y está formada por tres huesos que son la escápula u omóplato, la clavícula y el húmero. Las lesiones traumáticas del hombro pueden ser de tres tipos en función de la energía del agente traumático. Son contusiones las lesiones producidas por un traumatismo de baja energía en las que existe una afectación superficial de la piel y/o el músculo. Las fracturas son las lesiones producidas por un traumatismo de mayor energía que origina la rotura del hueso. Finalmente las luxaciones son las lesiones producidas por un mecanismo de altísima energía que da lugar a la separación entre dos huesos que formaban una articulación.
- Fracturas de la clavícula
Las fracturas de clavícula representan del 10 al 16% de todas las fracturas de nuestro esqueleto y son las fracturas más frecuentes de la infancia. Afectan fundamentalmente a su tercio medio (75%) y no suelen producirse por impacto directo sobre ella, sino por una caída sobre el hombro, el cual transmite la fuerza deformante hacia la clavícula produciendo su fractura.
Este tipo de lesión es característico, pues, de aquellos deportes que pueden provocar impactos violentos sobre el hombro como caídas en bicicleta, motocicleta, patín, skate o deportes de contacto como rugby, hockey hielo, fútbol americano, etc.
Con la finalidad de una rápida incorporación a la actividad deportiva proponemos siempre que sea posible una intervención mínimamente invasiva con una estabilización rápida a través de una pequeñísima incisión que garantiza una menor probabilidad de complicaciones.
- Fracturas de la escápula u omóplato
Las fracturas de la escápulas son realmente infrecuentes (menos del 1% de todas las fracturas) y tienen lugar en traumatismos de alta energía (accidentes de tráfico, precipitaciones desde gran altura) generalmente asociadas a otras lesiones como hombro, tórax y columna. Su tratamiento suele ser generalmente conservador con cabestrillo salvo que la fractura afecte a la articulación glenohumeral o cuello de la escápula y exista gran desplazamiento.
- Fracturas de la cabeza humeral
Las fracturas de la cabeza humeral o extremo superior del húmero afectan con mayor frecuencia al paciente de edad avanzada por su menor densidad ósea y en mayor proporción al sexo femenino. En el paciente joven se asocia con traumatismos de alta energía como accidentes de tráfico y deportes de alto riesgo en los que se pueda producir un impacto directo de gran violencia como escalada, motociclismo, ciclismo, esquí, rugby o fútbol americano.
El tratamiento dependerá del tipo de fractura y grado de desplazamiento. Las fracturas desplazadas suelen requerir tratamiento quirúrgico. En este caso una cirugía destinada a una movilización precoz con un riesgo mínimo de complicaciones exige un gran conocimiento de la biomecánica articular así como un meticuloso manejo de los tejidos adyacentes al hueso.
- Luxación glenohumeral
La luxación glenohumeral, coloquialmente llamada luxación de hombro, es la luxación más frecuente del esqueleto ya que representa el 45% de todas las luxaciones y consiste en la separación entre la cabeza del húmero y el omoplato. En la mayor parte de las ocasiones (85%) el húmero sale de su cavidad hacia delante (luxación anterior) y casi siempre por un impacto en el brazo que se transmite al hombro provocando su dislocación. En el ámbito deportivo aquellas caídas con el brazo separado del cuerpo son susceptibles de este tipo de lesión: fútbol, baloncesto, ciclismo, esquí, snowboard, artes marciales, rugby, escalada, barranquismo.
El tratamiento inicialmente es conservador requiriendo una urgente restauración de la congruencia articular mediante manipulación seguida de un tratamiento rehabilitador específico para devolver la movilidad completa a la articulación.
- Luxación acromioclavicular
Las luxaciones acromioclaviculares son producidas por traumatismos en el hombro y producen la separación entre la clavícula y el acromion. La fuerza deformante puede llegar al hombro de forma directa (impacto sobre hombro) o de forma indirecta tras caer sobre la mano con la extremidad extendida y transmitirse el impacto al hombro.
Son típicas de la segunda y tercera década de la vida y afectan casi siempre al sexo masculino por su mayor predisposición a los deportes de velocidad (motociclismo, automovilismo, ciclismo, esquí) y de contacto (karate, judo, tae-kwon-do).
En función de la separación entre los huesos que forman la articulación (acromion y clavícula) el tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. Cuándo la separación es grande y la posibilidad de restauración por métodos conservadores es imposible proponemos una rápida y mínima intervención para la reparación articular definitiva.
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