Gammagrafía

La Gammagrafía es una técnica que utiliza isótopos radioactivos para el estudio del funcionalismo de los distintos órganos. Los diferentes tejidos del cuerpo captan diferentes elementos químicos de forma selectiva. Utilizando isótopos radioactivos se obtiene información sobre el funcionalismo de los órganos, con base a la incorporación de los radioisótopos en el metabolismo de los tejidos.

El ejemplo más clásico es la valoración de la función de la glándula tiroidea, que acumula selectivamente el yodo que incorpora en el organismo.

También sirve para detectar la actividad ectópica (fuera de la ubicación habitual), como en el cáncer de tiroides donde las metástasis también captan el yodo radioactivo.

Permite, además, valorar la perfusión miocárdica mediante la incorporación del radiotrazador en las células miocárdicas en función a la cantidad de flujo de las arterias coronarias.

En otros casos se aprovecha la tendencia que tienen algunos procesos, como los inflamatorios o ciertas metástasis, a acumular determinados productos en los tejidos que no se concentran en circunstancias normales.

La gran ventaja de la gammagrafía reside en su carácter funcional, al evidenciar procesos en desarrollo, y en su gran sensibilidad al sacar a la luz algunas lesiones mucho antes que otros medios.


Las pruebas diagnósticas pueden diferenciarse en función de los órganos estudiados: