Castro Domínguez Francisco
La gota, una forma de artritis microcristalina, es el resultado de la deposición de cristales de urato monosódico en las articulaciones y los tejidos debido a los niveles elevados de ácido úrico sérico. Se caracteriza por episodios agudos de inflamación articular y puede provocar artropatía crónica si no se trata adecuadamente.
Diagnóstico:
Los pacientes suelen presentar un inicio repentino de dolor articular intenso, hinchazón, enrojecimiento y calor, que a menudo afecta la primera articulación metatarsofalángica (podagra). Los episodios recurrentes y los antecedentes de hiperuricemia respaldan el diagnóstico.
La aspiración de la articulación afectada y la identificación de cristales de urato monosódico birrefringentes negativos con microscopio de luz polarizada sigue siendo el estándar de oro para el diagnóstico definitivo.
Aunque no son diagnósticos, las modalidades de diagnóstico por imágenes, como la ecografía o los rayos X, pueden detectar depósitos de cristales de urato y tofos, lo que ayuda a evaluar la gravedad de la enfermedad.
El tratamiento de la gota implica tanto el tratamiento de los brotes agudos como estrategias de reducción de urato a largo plazo para prevenir las recurrencias y las complicaciones.
Tratamiento de los brotes agudos de gota:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): terapia de primera línea para los ataques agudos, siempre que no haya contraindicaciones.
Colchicina: eficaz cuando se administra al principio del curso de un ataque. Se prefieren los regímenes de dosis bajas para minimizar los efectos secundarios gastrointestinales.
Corticosteroides: los corticosteroides orales o intraarticulares son opciones para los pacientes que no pueden tolerar los AINE o la colchicina.
Tratamiento a largo plazo y terapia de reducción de urato:
Se recomienda iniciar la terapia de reducción de urato para pacientes con brotes recurrentes de gota (≥2 por año), tofos, enfermedad renal crónica en estadio 2 o superior o antecedentes de litiasis urinaria.
El alopurinol es el agente inicial preferido para reducir el urato. Se debe iniciar con una dosis baja y titularla para alcanzar un nivel objetivo de urato sérico de <6 mg/dl. El febuxostat es una alternativa para pacientes intolerantes al alopurinol.
Para prevenir los brotes de gota durante el inicio de la terapia para reducir el urato, se recomienda la profilaxis concurrente con colchicina en dosis bajas o AINE durante al menos 3 a 6 meses.
Se recomienda a los pacientes que mantengan un peso saludable, limiten la ingesta de alcohol y reduzcan el consumo de alimentos ricos en purinas para ayudar a controlar los niveles séricos de urato.
El control regular de los niveles séricos de urato es esencial para garantizar que se cumplan los objetivos terapéuticos y para ajustar la terapia según sea necesario.
La adherencia al tratamiento correcto puede mejorar significativamente los resultados del paciente al reducir la frecuencia de los brotes de gota y prevenir el daño articular a largo plazo.
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