Castro Domínguez Francisco
El dolor temporomandibular, a menudo conocido como trastorno temporomandibular o disfunción temporomandibular, es un término que se utiliza para describir un conjunto de trastornos que afectan a las articulaciones temporomandibulares y los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula.
Causas:
El dolor temporomandibular puede ser causado por diversas razones, que incluyen:
- Bruxismo: El rechinar o apretar los dientes de manera involuntaria, generalmente durante la noche, puede ejercer una presión excesiva en las articulaciones temporomandibulares y los músculos de la mandíbula.
- Lesiones en la mandíbula: Traumatismos o lesiones en la mandíbula pueden desencadenar el dolor temporomandibular.
- Maloclusión: Una mordida incorrecta o una alineación deficiente de los dientes puede aumentar el riesgo de dolor temporomandibular.
- Estrés: La tensión y el estrés pueden llevar a apretar la mandíbula o rechinar los dientes, lo que contribuye al dolor temporomandibular.
- Artritis: En algunos casos, la artritis puede afectar las articulaciones temporomandibulares y causar dolor.
Diagnóstico:
El diagnóstico del dolor temporomandibular implica varios pasos:
- Historia clínica: El médico recopila información sobre los síntomas, la duración del dolor, los factores desencadenantes y la historia médica del paciente.
- Examen físico: Durante el examen, el médico evalúa la movilidad de la mandíbula, los músculos de la mandíbula y la presencia de dolor o sensibilidad.
- Estudios de imagen: Las radiografías, la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC) pueden utilizarse para visualizar las articulaciones temporomandibulares y descartar otras afecciones.
- Evaluación dental: En algunos casos, un dentista puede evaluar la mordida y la alineación de los dientes.
Tratamiento:
El tratamiento del dolor temporomandibular puede variar según la gravedad de la afección y puede incluir:
- Manejo del estrés: Se pueden recomendar técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual o la reducción de factores estresantes para controlar el estrés.
- Fisioterapia: Un fisioterapeuta puede desarrollar un programa de ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la mandíbula y mejorar la movilidad.
- Férulas o protectores bucales: Estos dispositivos se utilizan para proteger los dientes y las articulaciones temporomandibulares de la presión excesiva y el bruxismo.
- Medicamentos: Se pueden recetar analgésicos, relajantes musculares o antiinflamatorios para aliviar el dolor y la inflamación.
- Cirugía: En casos graves y resistentes al tratamiento conservador, la cirugía puede ser considerada, pero es un último recurso.
El tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud, que puede incluir dentistas, fisioterapeutas y especialistas en dolor temporomandibular. La rehabilitación y la prevención de recaídas son fundamentales en el manejo del dolor temporomandibular. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad de la afección y de la respuesta individual del paciente.
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