Metatarsalgia: ¿síntomas, causas, diagnóstico, tratamiento y pronóstico?

La metatarsalgia es una afección médica caracterizada por dolor e inflamación en la región metatarsiana del pie, que es el área justo antes de los dedos.


Síntomas:

Dolor: el síntoma principal de la metatarsalgia es el dolor en la planta del pie. El dolor a menudo se describe como una sensación de ardor o dolor y puede ser agudo o sordo.

Hinchazón: Puede haber hinchazón e inflamación del área afectada.

Sensibilidad: Las cabezas de los metatarsianos, particularmente del segundo al cuarto metatarsiano, pueden ser sensibles al tacto.

Malestar al soportar peso: el dolor generalmente se agrava al estar de pie, caminar o correr, especialmente cuando se usan zapatos ajustados o de tacón alto.

Callos o callos: con el tiempo, pueden desarrollarse callos o callos en las plantas de los pies en respuesta al aumento de presión y fricción.


Causas:

Presión excesiva: las actividades de alto impacto, el calzado inadecuado o la carga excesiva de peso pueden ejercer una presión excesiva sobre las cabezas de los metatarsianos.

Deformidades del pie: afecciones como juanetes, dedos en martillo o arcos altos pueden redistribuir el peso de manera desigual en las cabezas de los metatarsianos.

Calzado inadecuado: Los zapatos estrechos o que no calzan bien pueden forzar la unión de los huesos metatarsianos, lo que aumenta la presión.

Uso excesivo y estrés repetitivo: los atletas, especialmente los corredores, son susceptibles a la metatarsalgia debido al estrés repetitivo en el antepié.

Trauma: una lesión directa o una fractura por estrés en uno de los huesos metatarsianos puede provocar metatarsalgia.


Diagnóstico:

Evaluación clínica: un proveedor de atención médica realizará un examen físico, evaluará el pie afectado, evaluará la marcha del paciente y preguntará sobre los síntomas y las posibles causas.


Estudios de imagen:

Radiografías: se pueden tomar radiografías para descartar otras causas de dolor en el pie, como fracturas por estrés o anomalías óseas.

Imágenes por resonancia magnética (MRI): en algunos casos, se puede recomendar una MRI para evaluar la afectación de los tejidos blandos.


Tratamiento:


Tratamiento conservador:

Descanso: Reducir o modificar las actividades con carga de peso para aliviar la presión sobre la zona afectada.

Modificación del calzado: elegir zapatos con soporte y amortiguación adecuados para el arco y evitar tacones altos o zapatos ajustados.

Ortesis: Los soportes o plantillas para el arco personalizados o de venta libre pueden redistribuir la presión sobre las cabezas de los metatarsianos.

Acolchado: Las almohadillas o cojines metatarsianos pueden brindar apoyo adicional y reducir la presión.

Hielo: Aplicar hielo en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.

Medicamentos: Se pueden recomendar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para controlar el dolor y la inflamación.

Fisioterapia: un fisioterapeuta puede proporcionar ejercicios para fortalecer los músculos del pie y mejorar el equilibrio.


Inyecciones de corticosteroides: en casos de dolor e inflamación intensos, se pueden considerar las inyecciones de corticosteroides.


Intervenciones quirúrgicas: la cirugía generalmente se reserva para casos que no responden a tratamientos conservadores y puede implicar procedimientos para realinear huesos, corregir deformidades o eliminar tejido dañado.