Castro Domínguez Francisco
El síndrome de dolor miofascial es una afección que se caracteriza por la presencia de puntos gatillo, que son áreas localizadas en los músculos y tejidos conectivos que son sensibles al tacto y pueden causar dolor referido en otras partes del cuerpo.
Causas:
Las causas exactas del síndrome de dolor miofascial no siempre son claras, pero se cree que pueden incluir:
- Sobrecarga muscular: El uso excesivo o la tensión crónica en ciertos músculos pueden desencadenar la formación de puntos gatillo.
- Trauma o lesiones: Lesiones previas o traumatismos, como accidentes automovilísticos o caídas, pueden contribuir al desarrollo de puntos gatillo.
- Estrés: El estrés y la ansiedad crónicos pueden aumentar la tensión muscular y desencadenar la aparición de puntos gatillo.
- Trastornos posturales: Mantener una mala postura durante largos períodos de tiempo puede contribuir al síndrome de dolor miofascial.
Diagnóstico:
El diagnóstico del síndrome de dolor miofascial implica varios pasos:
- Historia clínica: El médico recopila información sobre los síntomas, la duración del dolor, los factores desencadenantes y la historia médica del paciente.
- Examen físico: Durante el examen, el médico busca puntos gatillo en los músculos y realiza pruebas de sensibilidad y movilidad.
- Palpación: El médico utiliza la palpación para identificar puntos gatillo y determinar su ubicación y sensibilidad.
- Exclusión de otras afecciones: Dado que los síntomas del síndrome de dolor miofascial pueden superponerse con otros trastornos, se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otras causas de dolor.
Tratamiento:
El tratamiento del síndrome de dolor miofascial puede ser multidisciplinario y variará según la gravedad de la afección. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
- Terapia física: Un fisioterapeuta puede desarrollar un programa de ejercicios específicos, estiramientos y técnicas de relajación para aliviar la tensión muscular y mejorar la movilidad.
- Terapia de puntos gatillo: Esto puede incluir la terapia de liberación miofascial y la técnica de aguja seca, en la que se insertan agujas en los puntos gatillo para aliviar la tensión.
- Medicamentos: Los analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden ayudar a controlar el dolor.
- Inyecciones de anestésicos y corticosteroides: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones en los puntos gatillo para aliviar el dolor.
- Terapia cognitivo-conductual: Esta terapia puede ser beneficiosa para abordar el estrés y la ansiedad que pueden estar contribuyendo al síndrome de dolor miofascial.
El tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud. La rehabilitación y la prevención de recaídas son fundamentales en el manejo del síndrome de dolor miofascial. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad de la afección y de la respuesta individual del paciente.
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