Centeno Fornies Xavier
La incontinencia fecal se define como la pérdida de capacidad de controlar voluntariamente la liberación del contenido fecal o gas, siendo un síntoma de gran trascendencia social y que representa una incapacidad importante para la persona que lo padece.
El control normal y voluntario de las heces depende de un equilibrio entre el anillo muscular esfinteriano (esfínter anal interno, esfínter anal externo, músculo puborrectal), la sensibilidad rectal (reflejo recto-anal, adaptabilidad, discriminación, etc.) y las raíces nerviosas que los inervan (raíces sacras, nervios pudendos, sistema simpático y parasimpático). Cualquier alteración en uno o más de estos factores puede favorecer el desarrollo de incontinencia fecal.
El hecho de que la incontinencia fecal sigue siendo un tema "tabú" a nivel social hace que su prevalencia haya sido infraestimada de forma clásica. Además, el rechazo social que suele producir e incluso la inhibición existente en algunos medios médico-sanitarios han favorecido la autorreclusión de los pacientes y que incluso éstos sean reticentes a consultar su problema.
- ¿A quién afecta?
Actualmente se considera que afecta a entre un 1 y un 10% de la población adulta, siendo cercana al 50% en los pacientes ingresados en instituciones geriátricas (casi siempre asociada a incontinencia urinaria). En la población femenina, debido a las lesiones obstétricas, la tasa es 8 veces superior a la masculina.
- ¿Cómo se estudia?
En primer lugar se necesita una valoración clínica efectuada por un especialista en patología coloproctológica para determinar el grado de severidad de la incontinencia y su impacto en la vida social y laboral del paciente. Hay que investigar antecedentes obstétricos (partos prolongados, multiparidad, utilización de forceps, episiotomía –incisión quirúrgica del orificio vulvar en el momento del desprendimiento de la parte fetal-, etc.) o médicos (diabetes, enfermedades digestivas, etc.) que pueden tener importancia.
Además de una correcta exploración física, existen diferentes pruebas complementarias que ayudan a estudiar el funcionamiento y la anatomía del aparato esfinteriano.
La manometría anal mide la presión que ejercen los esfínteres anales mediante la introducción de una sonda muy fina en el canal anal, así como la sensibilidad y distensibilidad rectal.
La ecografía endoanal proporciona una imagen de la anatomía de los esfínteres, detectando lesiones de los mismos que pueden pasar desapercibidas a la exploración. Es una prueba no dolorosa, dura pocos minutos y proporciona una gran información al cirujano en los casos que requieren una reparación quirúrgica.
La electromiografía, defecografía, resonancia magnética, etc., son otras pruebas que nos pueden aportar datos importantes para decidir el mejor tratamiento en cada caso.
- ¿Cómo se trata?
Después de un correcto estudio para determinar la causa y la severidad de la incontinencia anal, se indicará el tratamiento más adecuado.
En los casos más leves, suele controlarse con recomendaciones dietéticas y medicación astringente.
En los casos más severos en los que no se ha demostrado un defecto de la musculatura esfinteriana el tratamiento de elección es el "biofeedback" o rehabilitación anal que consigue mejorar la sensibilidad rectal (notar cuándo el recto está listo para evacuar las heces) y fortalecer los músculos esfinterianos.
Cuando se demuestra un defecto o lesión de los esfínteres, la mejor opción es la reparación quirúrgica o esfinteroplastia, que consiste en juntar y coser de nuevo los extremos de los músculos anales lesionados para restablecer el anillo muscular esfinteriano.
Años atrás, cuando estos tratamientos fracasaban, el paciente se veía abocado o bien a seguir incontinente o bien a llevar una colostomía ("ano contra-natura"). Sin embargo, en la actualidad se disponen de técnicas avanzadas y sofisticadas para evitarlo como son el esfínter anal artificial y la estimulación de raíces sacras.
El esfínter anal artificial es una dispositivo que sustituye la función de los esfínteres anales. Consta de tres componentes de silicona conectados entre sí: un manguito hinchable que rodea el canal anal, un balón regulador de presión y una bomba de control. Mediante su manipulación, el manguito "abre" o "cierra" el ano para evacuar o mantener la continencia respectivamente.
La estimulación de raíces sacras actúa como un marcapasos que modula las conexiones nerviosas que controlan el funcionamiento del recto y los esfínteres, consiguiendo una importante mejoría de la continencia (reducción del 75% episodios de incontinencia).
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