Colomé Calafí María
La nariz es un elemento que da equilibrio y armonía a la cara. Muchas personas se plantean hacerse un retoque porque se sienten insatisfechas con la forma o la medida de su nariz, y esto les condiciona y afecta emocionalmente.
La rinoplastia es la cirugía que modifica la dimensión y la forma de la nariz para dar a la cara un aspecto armónico y agradable.
La corrección de un defecto nasal debe contemplarse globalmente: hay que analizar los deseos de mejora de la persona que se quiere operar, pero también sus características físicas y faciales (edad, nivel de salud, textura de la piel, estructura ósea, etc.).
La Dra. Colomé analiza todos los parámetros que pueden condicionar el éxito de la operación y hace una propuesta de mejora realista que se ajuste a los deseos de la persona que se quiere operar y, a la vez, evite posibles complicaciones funcionales en un futuro.
Cada nariz es diferente y hay que mantener esta individualidad
La nariz, a diferencia de otras partes del cuerpo que pueden embellecerse a través de la cirugía, es un órgano muy delicado: tiene unas funciones importantes que deben respetarse y priorizarse a la hora de operar.
A pesar de ser una operación con una finalidad estética, es importante que la rinoplastia vaya a cargo de cirujanos rinólogos, que son los especialistas en el órgano nasal en su globalidad.
En caso de que en la exploración inicial se detecte también un problema funcional, se planteará una intervención quirúrgica que permita abordar los dos problemas de forma conjunta en una sola entrada a quirófano.
La Dra. Colomé hace un abordaje global de la persona, donde estética y función van juntas
Gracias a su atención cercana, la Dra. Colomé puede dar respuesta a las dudas del paciente antes de la operación y garantizar los buenos resultados de la rinoplastia.
¿Quiere resolver alguna duda sobre la Rinoplastia?
La rinoplastia es recomendable para aquellas personas que desean mejorar el aspecto de su nariz y, consecuentemente, de su rostro, y que presentan unas condiciones psicológicas estables que les permitan adaptarse bien al cambio de aspecto físico.
La rinoplastia se puede realizar a pacientes que ya tienen las estructuras de la nariz del todo desarrolladas (a partir de los 17 o 18 años, aproximadamente).
Con la rinoplastia se consiguen mejoras estéticas muy significativas. El objetivo es conseguir el máximo interviniendo el mínimo, de forma que se perciba claramente una mejora de aspecto sin que sea evidente que se ha realizado una operación.
A menudo la mejora estética que se consigue con la rinoplastia comporta mejoras en otras facetas de la vida de las personas operadas (autoestima, seguridad, mejora de carácter y relaciones sociales, etc.).
Es muy importante que las personas que se sometan a una rinoplastia tengan claro qué pueden esperar de la operación, y que sean realistas en cuanto al cambio. La preparación que se haga previa a la operación es crucial en este aspecto.
No se trata nunca de provocar un cambio radical o de definir una nariz "perfecta", sino de mejorar la armonía facial, conservando la personalidad de cada cual. Hace falta que después de la operación la persona se reconozca a sí misma.
La operación se hace en quirófano con anestesia general o local con sedación, y suele durar entre una y dos horas, según la complejidad de cada caso.
Las técnicas quirúrgicas actuales permiten realizar rinoplastias entrando sólo por las fosas nasales, sin cicatrices externas. En los pocos casos en que hay que hacer una incisión externa, la cicatriz se camufla en la base de la nariz o en algún pliegue natural de la piel.
La rinoplastia se puede combinar con intervenciones funcionales como la septoplastia, la cirugía de cornetes, la cirugía endoscópica nasosinusal, o la cirugía de la válvula nasal.
Generalmente hay que estar un mínimo de dos horas en la clínica después de la intervención. La duración exacta dependerá de la complejidad de cada caso y de la evolución de cada paciente.
Al salir de quirófano el paciente puede llevar unos taponamientos nasales y una férula. Las primeras horas después de la intervención conviene estarse en la cama con la cabeza elevada, para minimizar el abultamiento del tejido y la posibilidad de que aparezcan moratones.
Los primeros días, la cara se puede hinchar, pero la inflamación desaparece al cabo de pocos días y se constata la mejora.
Mientras se lleva el taponamiento, no suele haber dolor, pero se puede notar embotamiento de la cabeza, las orejas taponadas, sequedad y molestias en la garganta, molestias en los dientes y, en alguna ocasión, molestias nasales, lágrimas excesivas o estornudos.
Al cabo de 3 días de la intervención se hace una visita de control, se sacan los taponamientos (si no se ha hecho antes) y se cambia la férula. Es muy recomendable ir a la visita con un acompañante. En esta visita, la persona operada ya puede ver su nueva fisionomía, cosa que genera mucha tranquilidad.
Una vez destaponado puede persistir cierta obstrucción nasal debido a la inflamación postquirúrgica. A medida que van pasando los días la inflamación se va reduciendo y mejorando progresivamente. Es normal no notar una mejora inmediata. Puede haber cierta disminución del olfato, que se recupera, aunque lo más habitual es que se huela más que antes.
Entre 1 semana y 10 días después de la operación se saca la férula, en una segunda visita de control.
Para que la recuperación sea más rápida y menos molesta, ofrecemos tratamientos con terapias complementarias.
Entre 1 y 2 semanas después de la rinoplastia ya no suele haber ninguna señal evidente de la operación, a pesar de que puede persistir un ligero abultamiento durante algunos meses.
La mejora es progresiva, y los resultados definitivos se obtienen entre los 6 meses y los 2 años. Durante todo este tiempo se hacen controles postoperatorios puntuales.
La rinoplastia es una cirugía delicada, pero generalmente no presenta complicaciones. Como en toda cirugía, sin embargo, ocasionalmente pueden haber infecciones, abultamiento excesivo, sangrado, retrasos en la cicatrización, reacciones alérgicas o reacciones a la anestesia. El riesgo se puede reducir al mínimo siguiendo fielmente las indicaciones del cirujano, tanto antes como después de la intervención.
Debido a la intervención se pueden formar cicatrices internas (sinequias) en las fosas nasales. Si bien pueden provocar ciertas molestias, son fáciles de solucionar y generalmente se pueden resolver a la misma consulta.
Se ha cumplido todo lo que deseaba con la operación
A.S.C. Mujer de 25 años
Tenía miedo, pero la experiencia fue muy buena
X.B.P. Hombre de 32 años¿Quiere conocer más testimonios de pacientes?
¿Se está planteando retocarse la nariz?
Contacte con nosotros, y póngase en manos de una especialista:
93 199 07 70
Mañana | Tarde | |
---|---|---|
Jueves | - | 15.00 - 20.00 h |