Güell Roviralta Mª Antonia
Falta de deseo sexual
La alteración del interés sexual, es la disminución o ausencia de pensamientos, fantasías o deseo sexual, de forma persistente o recurrente, que causa malestar acusado o dificultades de relación. Cuando la perspectiva de una relación sexual llega a causar ansiedad y se evita el contacto sexual, hablamos de aversión sexual.
(Más información en Falta de deseo Sexual)
Anorgasmia
La anorgasmia es la ausencia o el retraso excesivo del orgasmo, de forma persistente o recurrente, tras una fase de excitación considerada normal. La mujer no experimenta la descarga orgásmica y permanece en un estado de excitación más o menos elevado, a pesar de que la estimulación sea suficiente y adecuada.
(Más información en Anorgasmia)
Trastorno por dolor sexual
Dolor al realizar el coito o al intentarlo. En muchos casos, el dolor hace imposible la penetración, y el miedo y ansiedad ante la posibilidad de intentarlo se intensifica y explica la evitación del contacto sexual.
(Más información en trastorno por dolor sexual)
La alteración del interés sexual, es la disminución o ausencia de pensamientos, fantasías o deseo sexual, de forma persistente o recurrente, que causa malestar acusado o dificultades de relación. Cuando la perspectiva de una relación sexual llega a causar ansiedad y se evita el contacto sexual, hablamos de aversión sexual.
Causas
Puede existir una falta de deseo desde el inicio de la vida sexual, debido a una educación restrictiva o a una deficiencia hormonal. Cuando la falta de deseo se produce tras un período previo de buen funcionamiento, las causas pueden ser muy diversas: enfermedades crónicas o que afecten al sistema endocrino, cuadros depresivos, fármacos (atención a los antidepresivos!), estrés o cansancio crónico, problemas de pareja, disfunción sexual propia o de la pareja, o hábitos sexuales poco gratificantes. Con frecuencia múltiples causas. En ocasiones, la falta de deseo se produce simplemente por una situación de excesiva rutina o falta de estímulos, a la que el sujeto se habitúa.
Es el trastorno sexual más frecuente. El 50 % de las consultas por problemas sexuales son por falta de deseo o lo incluyen. Afecta a más del 30% de las mujeres y al 10% de los hombres. Existe una tendencia al incremento de este trastorno, sobre todo entre los hombres.
Tratamiento
La gran diversidad de factores causales y las complejas interacciones existentes entre ellos comporta que el tratamiento deba ser estrictamente individualizado. El abordaje se enfoca según sus causas, y puede incluir:
- Información sexual, técnicas para reducir la ansiedad y combatir el estrés, técnicas cognitivas como modificación del pensamiento, creencias y expectativas, mejoría de la comunicación de pareja y ajuste de los fármacos que contribuyan a la falta de deseo.
- Incrementar las experiencias sensoriales y sexuales, mediante la aplicación de una serie de técnicas sexológicas, como:
- Focalización sensorial para conseguir una relación agradable, sin la expectativa de un determinado rendimiento sexual.
- Entrenamiento en fantasías sexuales.
- Enriquecimiento y mejora del repertorio sexual y de las habilidades sexuales.
En la actualidad existe también la posibilidad de tratamiento farmacológico, tanto a nivel hormonal como con fármacos estimulantes de un neurotransmisor denominado dopamina. Pero la eficacia de estos fármacos es relativa si no se mejoran los factores.
La anorgasmia es la ausencia o el retraso excesivo del orgasmo, de forma persistente o recurrente, tras una fase de excitación considerada normal. La mujer no experimenta la descarga orgásmica y permanece en un estado de excitación más o menos elevado, a pesar de que la estimulación sea suficiente y adecuada.
Llegar al orgasmo mediante la estimulación del clítoris, pero ser incapaz de alcanzar el orgasmo durante el coito si falta la estimulación clitorídea manual, se considera una variante de respuesta normal y no justifica el diagnóstico de anorgasmia.
Se trata de la segunda disfunción sexual más frecuente. Entre un 20-25% de mujeres son incapaces de alcanzar el orgasmo.
Causas
En la anorgasmia primaria, la que se produce desde el inicio de la vida sexual, es muy infrecuente hallar causas orgánicas. Con frecuencia se trata de un umbral orgásmico excesivamente elevado. En otras ocasiones la causa es una estimulación insuficiente, un exceso de autovigilancia durante la estimulación o la dificultad para abandonarse a la experiencia placentera.
En la anorgasmia secundaria, la que se produce tras un tiempo de correcto funcionamiento sexual, es más fácil hallar causas de tipo orgánico: enfermedades neurológicas u hormonales, o el uso de ciertos fármacos o secuelas quirúrgicas.
Tratamiento
En el caso de la anorgasmia primaria, el tratamiento se dirige al aprendizaje de técnicas que faciliten la respuesta orgásmica: autoestimulación, incremento de la excitación mediante pensamientos y fantasías sexuales y reestructuración de las actitudes negativas hacia el sexo.
En la anorgasmia secundaria deben corregirse las posibles causas orgánicas subyacentes y, si se precisa, recurrir a tratamientos farmacológicos de tipo hormonal.
Dolor al realizar el coito o al intentarlo. En muchos casos, el dolor hace imposible la penetración, y el miedo y ansiedad ante la posibilidad de intentarlo se intensifica y explica la evitación del contacto sexual.
El vaginismo, la causa de dolor sexual más frecuente, se produce por un espasmo involuntario de la musculatura vaginal, que impide realizar el coito y a menudo también introducir tampones, dedos o realizar la exploración ginecológica.
Causas
La dispareunia, o dolor sexual que no impide el coito, se explica por determinadas condiciones psíquicas, como la ansiedad, la educación sexual inadecuada, los antecedentes de trauma sexual o los conflictos de pareja, que pueden unirse a causas físicas como la falta de lubricación, infecciones vaginales, cicatrices, endometriosis, irritaciones por espermicida o látex, quistes ováricos o retroversión uterina.
Aproximadamente un 4% de mujeres sufre vaginismo primario. Suele descubrirse al intentar introducir tampones vaginales o al iniciar las primeras relaciones sexuales coitales, sea cual sea la edad en la que se inicien. En ocasiones, la mujer no busca ayuda profesional hasta que desea un embarazo.
En una muestra de mujeres de edades comprendidas entre 45 y 62 años, el porcentaje de dispareunia fue del 15%. Los cambios durante la menopausia afectan al confort coital en un elevado porcentaje de mujeres.
Tratamiento
El tratamiento del vaginismo se basa en el descondicionamiento progresivo del espasmo muscular causante del problema. Para ello, la paciente debe aprender a identificar la musculatura pélvica y aplicar una serie de técnicas que se prescriben en la consulta y la paciente lleva a cabo en su domicilio, siendo supervisadas regularmente por el terapeuta. Aunque se trata de una disfunción sexual que no suele resolverse sin ayuda (ya que cuanto más se insiste, más empeora), también es la disfunción sexual cuyo tratamiento es, de todas las disfunciones sexuales, el más exitoso y fácil.
El tratamiento de la dispareunia persigue romper la asociación entre sexualidad y dolor. Para ello, además de tratar las posibles causas orgánicas subyacentes, se emplean técnicas como la focalización sensorial, ejercicios de la musculatura pélvica o la dilatación vaginal progresiva.
Mañana | Tarde | |
---|---|---|
Lunes | 9.00 - 18.00 h | - |
Martes | 9.00 - 18.00 h | - |
Miércoles | 9.00 - 18.00 h | - |
Jueves | 9.00 - 18.00 h | - |