Moisés Sandrús Jorge
La nefropatía diabética es un trastorno del riñón debido a la diabetes (alteración del control metabólico del azúcar), y generalmente está asociada a otros factores como la hipertensión arterial, alteración del metabolismo de lípidos y la propia predisposición genética.
Suele manifestarse mediante la pérdida de proteínas en la orina y, si el daño es lo suficientemente grave, los riñones pueden dejar de funcionar produciendo una insuficiencia renal. Es una complicación crónica de la diabetes y la responsable del 30% de los enfermos en programa de hemodiálisis y la primera causa de trasplante renal.
¿Por qué se produce la nefropatía diabética?
Los riñones son los órganos encargados de filtrar la sangre para eliminar las sustancias no deseadas y mantener las necesarias que el cuerpo necesita, así como el líquido corporal adecuado. A través de la orina se elimina el agua sobrante y los deshechos.
Quien realiza este filtrado son un conjunto de pequeñas arteriolas que conducen la sangre a filtrar. Cuando se lesionan se pierden proteínas que alteran la función renal.
Los factores que favorecen la nefropatía son:
- Tiempo de evolución de la diabetes
- Hipertensión arterial
- Hemoglobina glicosilada, es decir, la glucosa en sangre que se adhiere a hemoglobina que determina si hay diabetes o no
- Alteración metodológica del control de lípidos y obesidad
¿Cuáles son los primeros síntomas que aparecen?
En los casos de pacientes diabéticos, es muy importante realizar análisis de sangre y de orina de forma periódica y cada seis meses en pacientes con diabetes tipo 2 ya que la nefropatía diabética no presenta síntomas, dando lugar a una insuficiencia renal en la mayoría de pacientes. Estos análisis permiten detectar la pérdida inadecuada de proteínas en la orina y las alteraciones renales.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de nefropatía diabética se realiza mediante un análisis de orina que permite determinar la cantitdad de albúmina, así como un análisis de la función del riñón.
¿Cuál es el tratamiento?
La nefropatía diabética es una patología irreversible, es por ello que una detección precoz es muy importante para evitar su progresión. Para ello es importante realizar un control preciso de la diabetes y la tensión arterial para detener posibles acumulaciones de glucosa así como la llegada de sangre con presión en el riñón. en estos casos hay la posibilidad de administrar inhibidores del enzima convertidor de angiotensina y los antagonistas de angiotensina (fármaco antihipertensivos).
Para un control riguroso, deben también controlarse los niveles de colesterol, realizar ejercicio físico y mantener un peso adecuado. Asimismo, es muy importante saber que el uso de antiinflamatorios no esteroides puede resultar tóxico para el riñon.
En aquellos casos en que la nefropatía diabética se ha manifestado, es conveniente reducir la cantidad de proteínas de la dieta con un plan específico.
En los casos de enfermedad renal en estado terminal puede aconsejarse la realización de diálisis, motivo por el cual sería conveniente estudiar la posibilidad de realizar un trasplante de riñón.
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