Piojos, los inseparables compañeros
Los piojos, esos inseparables compañeros
Los piojos han sido inseparables de los hombres desde el principio de los tiempos. Las infestaciones de piojos se han conocido desde la antigüedad. Los restos de liendres más antiguas encontradas datan del año 6900-6300 antes de Cristo en el desierto de Judea.
Los rastros de liendres de piojos se han encontrado en las momias egipcias y en los restos de las personas que murieron durante la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo. La tradición cuenta que gente famosa, como Herodes el Grande, el dictador Sila, el emperador de Alemania Arnulfo y Felipe II de España, sufrían pediculosis crónicas. Aunque no existen trabajos que lo documenten existe una generalizada sensación de que esta parasitosis ha aumentado en los últimos años, aunque los profesionales de la pediatría sabemos que donde hay niños siempre ha habido piojos.
Cada año se ven afectados por pediculosis más de 10 millones de niños en el mundo. Aproximadamente entre el 15 y el 20 % de los niños en edad escolar padece o ha padecido pediculosis, es más frecuente entre los 3 y 11 años y más en niñas que en niños y es infrecuente en la raza negra.
Su prevalencia, en contra de lo que se cree, no está ligada a la falta de higiene y si a la persistencia de contactos aparentemente sanos entre compañeros y familiares. Se da en todos los estamentos socio-económicos.
Los piojos son especie dependientes, existe un tipo de piojo para cada mamífero. El pH de cada cabello explicaría en parte la mayor sensibilidad a la infestación por parte de algunos individuos.
- ¿Qué tipos de piojo existen?
Existen tres tipos de piojo que afectan al hombre, el de la cabeza, el del cuerpo y el del pubis, todos ellos son similares pero diferentes.
El piojo humano de la cabeza es causante de picor e irritación cutánea en las personas infestadas, pero no es transmisor de enfermedades, no así los piojos del cuerpo o del pubis que si pueden ser vehículos de ellas.
El piojo de la cabeza es un insecto de entre 1 y 3 milímetros de color grisáceo que corre pero que no salta ni vuela, como se pudiera pensar. Su hábitat natural es el pelo de la cabeza y no se reproduce fuera de ella. La hembra pone hasta doscientos huevos o "liendres", fecundados o no, en la base del cabello, donde quedan fuertemente adheridas, su distancia de la base del pelo nos puede indicar el tiempo que hace que estas liendres se pusieron (1cm=1 mes) y cuanto tiempo lleva el individuo parasitado.
Las liendres, después de una semana o diez días de incubación, se convierten en larvas y posteriormente en unas dos semanas en elementos adultos cuyas hembras ponen nuevas liendres, cerrándose así su círculo vital.
El piojo no sobrevive más de 48 horas fuera de la cabeza y las liendres no más de 10 días en el cabello desprendido.
El contagio se produce por el contacto directo entre las personas y sus cabellos o por los objetos en contacto con éstos (atención a peines, gorras, bufandas, almohadas, toallas, etc.), de ahí la máxima incidencia en comunidades como escuelas, colonias, cuarteles y residencias.
El piojo adulto es visible con mayor facilidad en la nuca y detrás de las orejas, las liendres lo son en la raíz de los cabellos, ésta es una revisión que se habría de efectuar rutinariamente a todos los niños un par de veces por semana en épocas epidémicas.
- ¿Cuál es el tratamiento?
En cuánto al tratamiento, existen múltiples remedios caseros como el alcohol, el aceite de oliva, el petróleo e incluso la mayonesa, actúan por sofocación dado que el piojo puede sobrevivir sin respirar hasta 48 horas, se han de aplicar durante 2 o 3 días seguidos.
El tratamiento de elección es la utilización de pediculicidas. Existen varios tipos, algunos son pesticidas como el lindano o el malatión, los piretroides sintéticos o la permetrina, teniendo ésta última la mejor relación entre efectividad y baja toxicidad. Se han descrito resistencias a estos productos y toxicidad en usos prolongados.
Últimamente han cogido auge las siliconas, de entre ellas la Dimeticona que actúa también por sofocación pero adhiriéndose a los conductos respiratorios y excretores del piojo produciendo un muerte casi instantánea. En todos los casos es recomendable repetir su aplicación en una semana, ya que su poder ovicida no es del 100 %.
Estos productos son de venta libre y se presentan en forma de gel, espuma, crema o loción. La utilización en champú no se recomienda dado el corto tiempo de contacto con el cabello y la tendencia a la aparición de resistencias.
Una parte importante del tratamiento es la retirada mecánica de las liendres con peines especiales llamados liendreras o bien manualmente. Las liendreras han de tener una distancia entre púas de no más de 0,3 mm, no maltratar el cabello y ser fácilmente limpiables.
Aisladamente se están utilizando algunos antibióticos por vía oral en base a algunos estudios con casos aislados, se ha de tener en cuenta que su utilización indiscriminada puede ser causa de resistencias para otros gérmenes.
También se utilizan otros remedios como el aceite del árbol del Té o el champú a la pulpa de Cidra, éstos actúan como repelentes variando el pH del cabello. El vinagre es utilizado para facilitar el desprendimiento de las liendres.
Los piojos y liendres de las pestañas y cejas se eliminan bien untando éstas con vaselina durante varios días.
No hay que olvidar lavar con agua muy caliente (60º o más) la ropa en contacto con los piojos (gorras, bufandas, fundas de almohada, sábanas, etc.) y la no lavable a estas temperaturas ponerla en bolsas de plástico bien cerradas durante 10-15 días o bien en el congelador durante 2-4 días. Se puede utilizar lavado en seco si es posible. Tirar o bien lavar con agua caliente los peines y cepillos que han estado en contacto con los piojos.
Recordar que el punto esencial del tratamiento de los piojos, a fin de evitar su propagación es la detección de los individuos portadores tanto en la escuela como en el entorno familiar y entre los amigos.