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El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en mujeres, por lo que una buena prevención y un diagnóstico precoz pueden salvar muchas vidas. La causa del cáncer de mama se desconoce; hay múltiples factores implicados en su aparición (genéticos, fisiológicos, ambientales, de estilo de vida…). Aunque algunos de ellos no son modificables, hay otros en los que podemos intervenir para reducir la probabilidad de tener esta enfermedad o, si la desarrollamos, de que se diagnostique en fases iniciales, cuando es curable.

Medidas de prevención y detección precoz

Para poder detectar a tiempo un tumor de mama, es de gran importancia hacerse la autoexploración mamaria de forma correcta y periódica, preferiblemente mensual. La palpación se debe realizar en toda la mama, palpando por zonas, y debe llegar hasta la zona de la axila. La mama derecha se palpa con la mano izquierda y, al contrario, la mama derecha, se palpa con la mano izquierda.

En esta autoexploración, hay la mujer debe estar atenta ante la posible palpación de nódulos, así como cambios en el pezón, la piel, asimetrías de nueva aparición entre las 2 mamas o la secreción de líquido por el pezón. Ante cualquiera de estos signos, hay que consultar lo más rápido posible con un médico ginecólogo. Además, hay que tener en cuenta que el ciclo menstrual puede conllevar cambios en las mamas, por lo que, en las mujeres en edad fértil, la autoexploración mamaria se debe realizar una vez finalizado el periodo.

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Otra medida de diagnóstico precoz de gran importancia es acudir a las revisiones ginecológicas de forma periódica (anual sería lo óptimo, al menos a partir de los 40 años), para una exploración física y realizarse pruebas complementarias, cuando sea conveniente.

En nuestro país, el programa de cribado de cáncer de mama se realiza entre los 50 y los 69 años y consta de una mamografía cada 2 años. La realización de mamografías de forma regular detecta el cáncer de mama en estadios muy iniciales, antes de que dé la cara clínicamente, por lo que su realización es imprescindible para el diagnóstico precoz y la curación de dicha patología. En el caso de las mujeres que cumplen criterios de alto riesgo personal, porque tienen lesiones mamarias de riesgo, o riesgo de cáncer familiar o hereditario, se realiza la valoración del riesgo individual y un seguimiento más estricto y adaptado según protocolos específicos.

Otra de las formas en las que podemos participar activamente para intentar reducir la probabilidad de tener un cáncer de mama es llevando un estilo de vida saludable. Algunos estudios sugieren que la dieta mediterránea, así como realizar ejercicio físico moderado de forma regular, pueden reducir el riesgo de tener cáncer de mama, así como disminuir su riesgo de recidiva, cuando ya se ha pasado por él. La obesidad y el sobrepeso, el consumo excesivo de alcohol, así como el tabaquismo son factores de riesgo conocidos de dicha enfermedad, por lo que podemos realizar cambios en nuestro estilo de vida que nos ayuden a minimizar el riesgo de padecerla.

La relevancia de la investigación

En segundo lugar, nos gustaría hablar sobre otro tema de enorme relevancia para avanzar en la cura y en la mejoría pronóstica y de calidad de vida de las pacientes afectas de cáncer de mama, así como de los pacientes oncológicos en general: la investigación.

Esta actividad, la investigación, comprende varias fases. Inicialmente, se lleva a cabo una fase de investigación básica (preclínica), por parte de científicos que trabajan en laboratorios; posteriormente se pasa a la fase clínica, que se realiza en hospitales y donde se requiere la participación de pacientes.

En función de lo avanzado que esté el desarrollo de un fármaco, los estudios clínicos pueden dividirse principalmente en fase I, II y III. Gracias a los avances científicos realizados en estos últimos años, tanto en cuanto al diagnóstico como a los tratamientos que se administran, la supervivencia del cáncer de mama ha mejorado de forma progresiva. La eficacia de los nuevos fármacos ha permitido aumentar las tasas de curación y alargar la supervivencia, de forma importante, en aquellas pacientes que tienen cáncer de mama metastásico. Se han desarrollado nuevos fármacos bajo el conocimiento más profundo de los mecanismos moleculares implicados en cáncer, de manera que se han podido diseñar tratamientos para dianas terapéuticas concretas.

De esta manera, se están logrando fármacos más específicos para cada subtipo de tumor, que son más eficaces y, generalmente, menos tóxicos; de eso trata la medicina personalizada. Estos avances se han producido gracias a los miles de pacientes que han aceptado participar en ensayos clínicos. Sin ellas nunca hubiera sido posible. En nuestro equipo creemos firmemente en la necesidad e importancia de participar en ensayos clínicos, para ofrecer los mejores tratamientos posibles a nuestras pacientes y, de esta forma, seguir avanzando imparables en la lucha contra esta enfermedad.

Internationa Breast Cancer Center (IBCC)

El IBCC es el primer centro hiperespecializado en cáncer de mama de España, concebido desde un enfoque global, humanista y científico de máximo nivel. Es un proyecto impulsado por el reconocido oncólogo Dr. Javier Cortés Castán con su equipo, tras 20 años dedicados a la investigación y el tratamiento del cáncer de mama.

El modelo asistencial del IBCC está orientado a determinar el mejor diagnóstico posible para prescribir el tratamiento más eficaz para cada paciente y aborda el tratamiento, gestión y acompañamiento personalizado de sus pacientes y su entorno familiar y afectivo.

Este centro, nacido en Barcelona, tiene una gran vocación internacional y, a este respecto, lidera la investigación de numerosos ensayos clínicos internacionales de cáncer de mama para ofrecer los tratamientos más innovadores y eficaces para cada paciente y para cada tipo de tumor, incluso en los casos avanzados y refractrarios.