Estrabismo en la infancia. Síntomas de alerta
El estrabismo es una pérdida del paralelismo ocular, es decir, un ojo o ambos se desvían y se pierde la coordinación. La desviación puede ser en cualquier dirección: hacia dentro o endotropía; hacia fuera o exotropía; hacia arriba o hipertropía, y hacia abajo o hipotropía. A veces en ambos sentidos: vertical y horizontal. Existen diferentes tipos de estrabismo y cada uno presenta unas características clínicas, edad en que se manifiesta, pronóstico y tratamiento distintos.
¿Cuándo debo acudir al especialista, si sospecho que existe un estrabismo?
En la edad pediátrica es normal que el niño no fije la mirada hasta los seis u ocho meses de edad. Si antes se observa una desviación constante, el estudio oftalmológico se considera urgente.
En cualquier caso, si los padres tienen dudas, es conveniente acudir a un especialista en estrabismo infantil para una evaluación lo antes posible. Es importante que la visita la haga un oftalmólogo especializado en estrabismo.
Síntomas de alerta ante un posible problema de visión
Son diversos los signos ante los cuales debemos consultar con un especialista:
- Cuando un niño guiña un ojo, especialmente en días soleados o en momentos de juego en el exterior.
- Cuando un niño inclina la cabeza o mira de lado, lo que conocemos como tortícolis compensatoria, siempre se debe descartar la posibilidad de que exista una causa ocular.
- Cuando un niño se muestra torpe, tropieza a menudo y no tiene seguridad en sus movimientos.
El estrabismo puede ser más evidente en estados de cansancio o debilidad (un proceso febril, sueño, al final del día, etc.). Por este motivo, algunas veces puede resultar difícil diagnosticarlo con una visita pediátrica. Es muy importante que sea un especialista en oftalmología pediátrica o estrabología quien haga la valoración.
Ante la duda de unos padres, siempre se debe prestar atención y hacer una exploración oftalmológica exhaustiva.
¿Cómo es la exploración oftalmológica pediátrica?
Toda exploración oftalmológica, tanto de niños como de adultos, requiere una dilatación de la pupila. Para ello se aplican unas gotas, colirio ciclopéjico, que relajan la acomodación y nos asegura la graduación del niño, imprescindible en miopía, hipermetropía o astigmatismo y si necesita llevar gafas, gracias a las diferentes herramientas y una gran experiencia del profesional en la evaluación y tratamiento de niños y niñas muy pequeños.
Estrabismo en la infancia. El tratamiento
Siempre se debe implementar tras una revisión oftalmológica completa que permita valorar el grado de desviación, motilidad ocular, refracción bajo gotas dilatadoras y fondo de ojo, así como otras patologías.
Si existe un defecto refractivo, la primera opción de tratamiento es la corrección óptica, es decir, las gafas o lentillas (en niños más mayores). Con esta corrección el niño, en casos de estrabismo acomodativo con gafas y si se resuelve así, no es operable.
Observación
Cuando a pesar de las gafas el paciente sigue perdiendo visión, es necesaria una intervención quirúrgica. En algunas ocasiones, debe ser precoz, como en el estrabismo congénito; en otras ocasiones, se puede esperar hasta que el niño tenga 5 o 6 años de edad.
La intervención de estrabismo
Debido al tipo de cirugía, requiere anestesia general. En esta intervención se operan los músculos oculomotores, y se refuerzan o debilitan los músculos responsables de la desviación ocular, en función del tipo de estrabismo diagnosticado.
A pesar de ser compleja, el especialista en estrabología tiene una experiencia y unos conocimientos que le hacen afrontar con seguridad.
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Consecuencias del estrabismo en la infancia
Un estrabismo no detectado y tratado de manera incorrecta afecta la visión y, por tanto, al aprendizaje y a la salud ocular. Las consecuencias más destacadas:
- Ambliopía u ojo vago, una patología que se produce cuando, al estar los ojos desviados, cada uno apuntará en una dirección y el cerebro del niño, con el fin de adaptarse a la situación, suprime la visión de uno de los ojos, para no ver doble.
- Pérdida de la visión binocular, es decir, la capacidad de ver en relieve, cálculo de distancias y visión estereoscópica o 3-D.
- Afectación estética y psicológica. Pueden provocar problemas de torpeza y escolares.
La importancia de un diagnóstico precoz
Un diagnóstico precoz es clave para implementar un tratamiento adecuado. Cuanto antes diagnostiquemos un problema ocular, antes tendremos la curación o la mejoría.
El niño, al año de vida, su visión ya está casi al 100% de desarrollo- A los 5 años ya tendrá toda su capacidad visual, por eso es clave detectar los problemas cuanto antes.
Ante un problema de aprendizaje, torpeza, movilidad o problemas escolares es importante acudir al oftalmólogo
Las revisiones oftalmológicas en niños
Las revisiones oftalmológicas en niños se recomiendan en diferentes momentos clave de su desarrollo. Estas son unas pautas generales:
- Recién nacido: al nacer, los oftalmólogos infantiles realizan una evaluación inicial del recién nacido para descartar problemas.
- Bebés y niños pequeños: entre los 6 meses y 1 año se recomienda una revisión oftalmológica para detectar cualquier problema visual temprano, como estrabismo (desviación ocular) o ambliopía (ojo vago).
- Edad preescolar: entre los 3 y 5 años se debe realizar una revisión oftalmológica adicional antes de que el niño comience la escuela. Esta revisión ayudará a detectar cualquier problema que pueda afectar el aprendizaje.
- Edad escolar: a partir de los 6 años se recomienda realizar revisiones oftalmológicas cada dos años, a menos que existan factores de riesgo. Si hay antecedentes familiares de problemas oftalmológicos, dificultades de aprendizaje en la escuela, síntomas de mala visión, se pueden necesitar revisiones más frecuentes.
Debemos tener en cuenta que cada niño es distinto y tiene unas necesidades específicas. Su oftalmólogo pediátrico indicará la frecuencia y momento más adecuado para sus revisiones.
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