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La región otorrinolaringológica constituye la columna vertebral de la región de la cabeza y el cuello. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué el mismo especialista se ocupa del oído, la nariz y la garganta?
Esto se debe a que el oído, la nariz y la garganta forman parte del sistema respiratorio superior, están revestidos de la misma mucosa y están conectados anatómicamente. La nariz y la parte superior de la garganta son un continuo, y un tubo largo y estrecho, llamado trompa de Eustaquio, conecta el oído tanto con la nariz como con la garganta. Como los tres están tan intrincadamente conectados, juntos forman un ingenioso sistema equilibrado y funcional en circunstancias óptimas. El inconveniente es que una alteración en un órgano puede y suele causar un problema en el otro.
La zona otorrinolaringológica es una zona única de difícil acceso desde el exterior del cuerpo, ya que todos los órganos se encuentran dentro del cráneo. Por ello, la evaluación de la zona otorrinolaringológica requiere el ojo experto de un otorrinolaringólogo, que tiene la experiencia y el equipo especial para evaluar las estrechas aberturas de la cara y el cráneo que conducen a ella.
Los oídos, como órganos de la audición y el equilibrio, son dos de los órganos sensoriales más importantes y fundamentales para nuestra conexión con el mundo. Constituyen las principales vías de acceso a la zona ORL a través de las trompas de Eustaquio.
La nariz desempeña un papel central en el sistema otorrinolaringológico, así como en el resto del organismo. Como parte de nuestro sistema respiratorio, su función principal es filtrar, calentar y humidificar el aire que pasa a través de él de camino a los pulmones. Al mismo tiempo, nuestra nariz nos permite detectar millones de olores y vincularlos a nuestra memoria.
Los problemas de garganta pueden incluir dolor de garganta, dificultad o dolor al tragar y sensación de nudo en la garganta, entre muchos otros. Los problemas de la voz también pertenecen a esta categoría. Como la boca está anatómicamente muy relacionada con la garganta, los problemas bucales también se incluyen aquí, como una úlcera dolorosa en la boca, dolor de lengua o sensación de quemazón en la lengua. Usted o su hijo también pueden padecer amigdalitis aguda o crónica recurrente (infección de las amígdalas).