Bardají Bofill Manel
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En la zona del recto y el ano hay una serie de venas y arterias que forman un conjunto con el tejido que las recubre. En situaciones de esfuerzo, irritaciones, etc., este conjunto puede inflamarse y producir molestias, pero vuelve a su estado normal una vez cesa el estímulo. Si la inflamación es intensa y persistente, las molestias se incrementan y se produce la enfermedad que conocemos como hemorroides.
Las hemorroides son un trastorno muy frecuente. Entre el 50 y el 75 % de la población puede verse afectada por ellas en algún momento de su vida.
La fisura anal es un desgarro longitudinal que aparece en la porción más distal del canal anal. Su localización más frecuente es la línea media posterior (90-98%), otra localización menos habitual es la línea media anterior (12% de las que aparecen en mujeres y un 7% en varones). Tiene una incidencia igual en ambos sexos y es más frecuente en la edad media de la vida. La mayoría son de origen desconocido. Se apunta como explicación más probable un traumatismo agudo del canal anal drante la defecación (heces duras de gran tamaño) y raramente por la expulsión explosiva de heces líquidas. El hecho de que la pared posterior, tanto del espacio subendotelial como del esfinter estén menos vascularizados los hace mas vulnerables a la localización de las fisuras. El paso a la cronicidad se debe tanto a la hipertonía del esfínter como a la isquemia.
La presencia de fisuras múltiples o en lugares distintos a los mencionados nos obliga a descartar enfermedades como la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, tuberculosis, sífilis, síndrome de inmunodeficiencia... ( hay que tener en cuenta que más de la mitad de las fisuras secundarias a enfermedades inflamatorias intestinales se presentan en la línea media posterior y son dolorosas).
Una fístula anorrectal (fístula en el ano) es un trayecto anormal desde el ano o el recto hasta la piel cerca del ano, aunque ocasionalmente puede ir hacia otro órgano, como la vagina. En general, las fístulas comienzan en una glándula profunda de la pared del recto o del ano. A veces las fístulas son el resultado del drenaje de un absceso anorrectal, pero a menudo no se puede identificar la causa.
Esta afección es más común en portadores de la enfermedad de Crohn o en las personas con tuberculosis. También pueden ocurrir en las personas con diverticulitis, cáncer o alguna lesión anal o rectal. Una fístula en un lactante generalmente se debe a un defecto congénito y es más frecuentes en los niños que en las niñas. Las fístulas que conectan el recto y la vagina pueden deberse a una complicación de la radioterapia, a un cáncer, a la enfermedad de Crohn o a una lesión que haya sufrido la madre durante el parto.
Un absceso pilonidal es una colección de pus en el sitio de la infección; un seno pilonidal es una herida con salida crónica de pus a dicho nivel.
Generalmente ocurre en varones jóvenes, de etnia blanca y con mucho vello.
Para distinguirla de otras infecciones, el médico busca hoyuelos (pequeños agujeros en el área infectada).
Un seno pilonidal puede provocar dolor e hinchazón.
Información sobre el cáncer colo-rectal.
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