Colomé Calafí María
¿Qué es la cirugía endoscópica nasosinusal?
La cirugía endoscópica nasosinusal es una intervención que agrupa variadas técnicas quirúrgicas. Todas ellas tienen en común las actuaciones quirúrgicas en el interior de la nariz, visualizando y manipulando las estructuras a través de las fosas nasales, utilizando instrumentos ópticos (endoscopios con posibilidad de conectarse a sistemas de televisión y grabación de vídeo) e instrumental quirúrgico adecuado.
La cirugía tiene por objetivo la reparación de las estructuras anatómicas anómalas y/o la extirpación de las lesiones que alteran las funciones normales de la nariz, de los senos paranasales y de los demás órganos vecinos, y que son los responsables de causar molestias al paciente. Los síntomas son variados y de diferente intensidad, siendo los principales la dificultad para respirar por la nariz, los dolores en la cara y en la cabeza, la sensación de sequedad nasal o la presencia persistente de mucosidad nasal más o menos espesa, la hemorragia nasal, el lagrimeo persistente, las alteraciones en la visión o en la audición y las alteraciones en el olfato.
- ¿Cómo se realiza la intervención?
La intervención se realiza con anestesia general o local con sedación, siempre asistida por un anestesista, por lo cual, el paciente necesitará una estancia en clínica mínima de unas horas después de la intervención.
La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles. Dependiendo de la magnitud de las lesiones, el cirujano corregirá o extirpará más o menos cantidad de estos elementos. Algunos pacientes requerirán la realización de una septoplastia como paso previo que facilite la visión y la manipulación instrumental.
Es habitual que el paciente, después de la intervención, deba llevar un taponamiento nasal con unas pequeñas esponjas, durante un mínimo de 24 horas. A veces no es necesario. Esta operación se realiza completamente en el interior de las fosas nasales, por lo cual no hay que esperar modificaciones intencionadas del aspecto exterior de la nariz.
Es posible que la patología que motiva la intervención constituya el hecho más relevante de su proceso clínico y que coexistan otras enfermedades que produzcan síntomas similares y que no puedan diagnosticarse con más precisión hasta que no se haya realizado la intervención. Hay casos en los que esta cirugía se practica para evitar complicaciones o el agravamiento de la enfermedad de base.
Muchas de las enfermedades nasosinusales más habituales están relacionadas con el padecimiento de algún tipo de alergia o de hipersensibilidad (como muchas sinusitis y poliposis). Es posible que la cirugía endoscópica nasosinusal proporcione una mejora durante un tiempo, y que más adelante se reproduzcan las enfermedades que motivaron la intervención. Para prevenirlo es necesario tratar conjuntamente la enfermedad de base con las técnicas quirúrgicas que detengan el desarrollo de la enfermedad. No es posible predecir ante cada paciente si su enfermedad se reproducirá o no, ya que tan sólo la observación de su evolución permitirá identificar
- ¿Cómo es el postoperatorio?
El paciente comenzará a notar una mejoría en la respiración una vez le sean retirados los taponamientos nasales. Aún así, y a causa de coágulos e inflamación en el interior de las fosas nasales, esta mejoría se irá percibiendo mejor con el paso de los días y de las semanas.
Con la técnica quirúrgica empleada y la medicación prescrita, es habitual que el paciente no tenga excesivas molestias ni dolores fuertes en la cara ni en la cabeza. Las molestias provienen, más bien, del hecho de tener taponada la nariz. Es posible que se perciba una sensación de tirantez dentro de la nariz, que desaparecerá en el curso de los días siguientes. También es posible que perciba molestias en la garganta, derivadas de haber tenido taponada la nariz y de las manipulaciones anestésicas y quirúrgicas, que remiten en pocos días.
Durante las semanas siguientes a la intervención, el paciente puede tener mucosidades abundantes o más espesas o secas de lo habitual.
Los días posteriores a la intervención es frecuente que se produzca un pequeño sangrado ocasional por la nariz. Suelen ceder espontáneamente o por medio de un pequeño tapón de algodón impregnado de agua oxigenada. Se suele observar algún grado de fiebre y malestar general en los días posteriores a la intervención. En raras ocasiones se presenta fiebre, que puede indicar la existencia de infección en los senos paranasales (sinusitis) o en las regiones intervenidas, que precisará tratamiento, circunstancia que deberá comunicar al médico.
Algunos pacientes pueden notar episodios transitorios de pérdida del olfato y/o de lagrimeo excesivo. Normalmente ceden una vez retirados los tapones.
Las fosas nasales son cavidades estrechas que están tapizadas por una mucosa muy sensible. A causa de la enfermedad, de la propia intervención, de los taponamientos o de las curas postoperatorias se pueden formar sinequias, una especie de cicatrices que cruzan el espacio de la fosa nasal y que pueden provocar dificultades respiratorias o molestias. La solución es sencilla, seccionándolas, intervención que se puede realizar en la misma consulta o en el quirófano.
En el postoperatorio se puede aplicar un tratamiento homeopático para disminuir la inflamación, el dolor, el sangrado y los hematomas propios de la intervención, remedios que ayudan a recuperar la fuerza del organismo, que mejoren el drenaje linfático, la cicatrización de las heridas si ha sido necesario hacer una incisión externa. También se pueden aplicar remedios homeopáticos para favorecer el drenaje de las mucosidades y los coágulos, y al final del proceso, podemos utilizar remedios que ayuden al proceso de regeneración de las mucosas y los tejidos implicados en la intervención.
Una vez recuperado de la intervención quirúrgica se prescribe un tratamiento de fondo para evitar recidivas si el proceso por el cual ha sido intervenido tiende a reproducirse.
Medicina tradicional china
La medicina tradicional china aporta unos protocolos de actuación tanto para los preoperatorios como los postoperatorios muy interesantes y efectivos, reduciendo rápidamente cualquier molestia derivada de la intervención y acelerando significativamente los procesos de curación.
Deberá tenerse en cuenta que los pacientes que padecen enfermedades nasales de larga evolución presentan un cierto grado de atrofia en su mucosa nasal. Puede ocurrir que, en algún caso después de la intervención no encuentren la mejoría esperada. En estas situaciones sí que se produce una mejora del paso del aire por la nariz, pero el paciente no es capaz de percibirla por esta atrofia. Igualmente deberá tenerse en cuenta que la cirugía pretende solucionar un problema orgánico concreto y que pueden coexistir procesos que precisarán de tratamientos adicionales y que son responsables de algunas situaciones en las que no se experimenta la mejoría esperada. Con la cirugía endocópica podemos abordar desde pequeñas lesiones o alteraciones anatómicas de las fosas nasales, hasta grandes tumores expansivos.
Es importante realizar el Taller de oxigenación para adquirir técnicas y el entrenamiento necesario que conduzcan a rehacer los hábitos de la respiración nasal y a mejorar el control.
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