Colomé Calafí María
El tabique nasal es una pared que separa las dos fosas nasales y está formada por cartílagos y huesos. Las alteraciones en la forma o en el crecimiento del tabique nasal pueden ser de origen congénito, desarrollarse durante el crecimiento o aparecer como consecuencia de un traumatismo. Los síntomas principales que aparecen son: dificultad para respirar por la nariz, dolores en la cara y en la cabeza, la sensación de sequedad nasal, la alteración de la mucosidad nasal y el favorecimiento del sangrado nasal.
La dificultad para respirar por la nariz, obliga al paciente a respirar por la boca, en especial durante la noche o cuando duerme, propiciando otros síntomas como la sequedad de boca, los ronquidos, el síndrome de apnea obstructiva durante el sueño, faringitis y espesor de las secreciones de la garganta, y favorecimiento de la sinusitis. La Septoplastia es una intervención quirúrgica destinada a corregir la deformidad del tabique nasal o reconstruirlo y, en principio, tiene una finalidad funcional pero, en ocasiones, se puede practicar conjuntamente con la Rinoplastia u otros tipos de cirugía, como la de cornetes o de la válvula nasal.
- ¿Cómo se realiza la intervención?
La intervención se realiza en el quirófano con anestesia general o con anestesia local y sedación, siempre con la asistencia de un anestesista, siendo necesaria la estancia en clínica durante unas horas después de la intervención. En algunos casos la intervención se puede practicar solamente con anestesia local. Es habitual que después de la intervención, al paciente se le coloque un taponamiento nasal con unas pequeñas esponjas durante un mínimo de 24 horas. La cirugía se practica por el interior de las fosas nasales, sin cicatrices externas visibles. Dependiendo de la magnitud de las desviaciones, el cirujano corregirá o extirpará más o menos cantidad de elementos alterados. Algunos pacientes necesitarán que se les practique una Septoplastia como paso previo que facilite la visión y manipulación instrumental en una actuación quirúrgica más amplia sobre otras estructuras del interior de la nariz o de los senos paranasales.
Es posible que la desviación del tabique nasal represente el signo más evidente de la enfermedad nasal y que coexistan otras enfermedades que produzcan síntomas similares, como alergia o rinitis de cualquier causa, y que no puedan diagnosticarse con más precisión hasta después de la intervención. En estos casos la mejora que proporciona la Septoplastia puede ser inferior a las expectativas del paciente.
- ¿Cuáles son los riesgos y las posibles complicaciones?
Cualquier proceso quirúrgico, y la Septoplastia lo es, que requiere algún tipo de anestesia, no está exento de riesgo. La técnica anestésica a utilizar, así como sus riesgos y posibles complicaciones le serán informados por su especialista en Anestesiología y Reanimación. Hay que tener en cuenta que cualquier acto quirúrgico tiene un riesgo para el paciente, por lo cual es imprescindible informar al médico de todos los datos de interés que pueda incrementar el riesgo. Afortunadamente, cuando la Septoplastia se practica de forma cualificada, las complicaciones son muy poco frecuentes y deberán valorarse frente a los beneficios que se obtendrán. No obstante, siempre hay la posibilidad de que haya complicaciones, como infecciones, hinchazón excesiva, sangrado, retrasos en la cicatrización, reacciones alérgicas o reacciones a la anestesia. El riesgo se puede reducir al mínimo siguiendo fielmente las indicaciones de su cirujano, tanto antes como después de la intervención.
- ¿Cómo es el postoperatorio?
El paciente deberá observar reposo relativo durante los 7 días posteriores a la intervención, sin realizar trabajos o tareas que requieran un esfuerzo físico, aunque sean pequeños, durante 3 o 4 semanas. Tampoco podrá someterse a cambios súbitos de presión, y deberá evitar viajar en avión, subir puertos de montaña y actividades similares durante 3 semanas. Podrá realizar su higiene personal habitual teniendo cuidado de no mojarse el interior de la nariz o el taponamiento mientras esté colocado.
El paciente comenzará a notar una mejora en la respiración una vez le sean retirados los taponamientos nasales. A pesar de ello, y a causa de los coágulos y la inflamación en el interior de las fosas nasales, esta mejora se irá percibiendo mejor con el paso de los días y de las semanas. Con la técnica quirúrgica empleada y la medicación prescrita, es habitual que el paciente no tenga excesivas molestias ni dolores fuertes en la cara ni en la cabeza. Las molestias provienen, en todo caso, del hecho de tener taponada la nariz. Los días posteriores a la intervención es frecuente que se produzca un pequeño sangrado ocasional por la nariz. Suelen ceder espontáneamente o mediante un pequeño tapón de algodón impregnado de agua oxigenada. Algunos pacientes pueden notar episodios transitorios de pérdida de olfato y/o de lagrimeo excesivo. Normalmente ceden una vez retirados los tapones, y excepcionalmente pueden durar más.
Como consecuencia de la eliminación de grandes desviaciones o por dificultosas manipulaciones en el interior de la nariz puede resultar, como secuela, una perforación del tabique nasal. Sus repercusiones suelen ser imperceptibles para el paciente, si bien, a veces, provocan ruido al respirar y la formación de costras. En este caso es posible que se llegue a plantear una nueva intervención para su corrección teniendo en cuenta que la cicatrización definitiva de las estructuras operadas no se produce hasta los 6 o 18 meses después de la intervención. Es habitual que se produzca una pequeña inflamación del labio superior así como una sensación de tener los dientes superiores de "corcho", molestias que desaparecen en unes horas o en pocos días.
En el postoperatorio se puede aplicar un tratamiento homeopático para diminuir la inflamación, el dolor, el sangrado y los hematomas propios de la intervención, remedios que ayudan a recuperar la fuerza del organismo, que mejoren el drenaje linfático, la cicatrización de las heridas si ha sido necesario realizar una incisión externa. También se pueden aplicar remedios homeopáticos para favorecer el drenaje de las mucosidades y los coágulos, y al final del proceso, podemos utilizar remedios que ayuden al proceso de regeneración de las mucosas y los tejidos implicados en la intervención.
Una vez recuperado de la intervención quirúrgica se prescribe un tratamiento de fondo para evitar recidivas si el proceso por el cual ha estado intervenido tiende a reproducirse.
Determinados pacientes y debido a la naturaleza de la piel, crean lo que llamamos fibrosis cicatricial, que no es más que un endurecimiento del tejido de la nariz, después de una cirugía. La acupuntura mejora rápidamente los procesos fibrosantes del tejido nasal. - Medicina Tradicional China y Acupuntura
La medicina tradicional china aporta unos protocolos de actuación tanto para los preoperatorios como los postoperatorios muy interesantes y efectivos, reduciendo rápidamente cualquier molestia derivada de la intervención y acelerando significativamente los procesos de curación.
Acupuntura
En la cirugía nasal, tanto funcional como estética, la aplicación de la acupuntura resulta importante para los tratamientos preoperatorio y postoperatorio para reducir el edema y el hematoma, y reduciendo de manera considerable la ansiedad del paciente, acelerando el proceso de recuperación de forma notable.
No debemos olvidar el gran poder de la acupuntura para reducir el dolor y la inflamación.
Deberá tenerse en cuenta que los pacientes que padecen insuficiencia respiratoria nasal de larga evolución presentan un cierto grado de atrofia en su mucosa nasal. Puede ocurrir que, en algún caso, después de la intervención no encuentren la mejoría esperada. En estas situaciones sí que se produce una mejoría del paso del aire por la nariz, pero el paciente no es capaz de percibirla por esta atrofia. También se tendrá en cuenta que la desviación del tabique nasal es sólo uno de los factores que condicionan la mala respiración del paciente, y que pueden coexistir otros procesos como alergia o otras causas de rinitis que precisarán tratamientos adicionales y que son responsables de algunas situaciones en las que no se experimenta la mejoría esperada.
Es importante realizar el Taller de oxigenación para adquirir las técnicas y el entrenamiento necesario que conducen a rehacer los hábitos de la respiración nasal y a mejorar el control.
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