Colomé Calafí María
La otoplastia y la perforación del tímpano son las intervenciones más frecuentes.
- Otoplastia (Orejas en asa)
La otoplastia es una intervención quirúrgica que corrige el pabellón de la oreja que sobresale más de la cuenta. Muchos niños son las víctimas que más sufren la mofa de sus compañeros de colegio, llamándoles "Dumbo" o "Mickey Mouse". En principio, podríamos afirmar que estos pacientes son los candidatos a una otoplastia, pero este tipo de cirugía, si bien se puede practicar a cualquier edad, es preferible hacerla una vez los cartílagos de las orejas se hayan desarrollado completamente, circunstancia que se da a partir de los cinco o seis años de edad.
Para someterse a una intervención de otoplastia es condición necesaria tener buena salud y tener unas expectativas realistas sobre los resultados de la intervención. Cuando se considera una otoplastia, los padres deben confiar en que esta intervención es lo mejor para los intereses de su hijo. Una actitud positiva ante la cirugía es un factor importante en cualquier intervención de cirugía estética facial, pero es especialmente crítico cuando el paciente es un niño o un adolescente.
Una vez se decide la intervención de otoplastia su cirujano le informará del procedimiento a seguir. A través de la historia clínica, su cirujano le explicará el tipo de anestesia que aplicará al paciente. Normalmente, en los pacientes de corta edad o en los adolescentes, se aconseja anestesia general. La intervención, en condiciones normales, dura unas 2 horas y no requiere internamiento en clínica.
Los riesgos de la intervención son mínimos, y no van más allá de los posibles riesgos de la anestesia. No obstante, se han de observar los posibles signos de una infección o la aparición de hematomas en la oreja.
- Perforación del tímpano
Un agujero en la membrana auditiva o tímpano puede ser el resultado de una infección o de un trauma auditivo. La mayoría de las perforaciones en los niños son consecuencia de una infección. Por fortuna, en estos casos, generalmente se curan. Los síntomas de una perforación son el drenaje por el conducto auditivo externo acompañado algunas veces de sangre y una pérdida auditiva.
Los pediatras suelen detectar las perforaciones o los defectos en el tímpano. El tratamiento de primer orden es el secado de la oreja. Los antibióticos, les gotas óticas o los polvos óticos se prescriben a veces. Después de algunas semanas, las perforaciones a causa de infecciones recientes, remiten espontáneamente y se curan.
Los jóvenes y adultos con una perforación de tímpano, generalmente notan una pérdida auditiva. La entrada de agua en la ducha o practicando la natación puede ser peligroso y puede causar vértigo. Con frecuencia, muchas infecciones de oído estivales relacionadas con la práctica de la natación o deportes náuticos, pueden ser un síntoma de una perforación no detectada. La mayoría de los adultos con infecciones de oído frecuentes suelen tener un historial de infecciones de oído durante su infancia.
Viajar en avión con un fuerte resfriado puede provocar una perforación del tímpano a causa de los cambios de presión, sobre todo en el momento del aterrizaje. Una sensación de enfermedad severa, con un sangrado del oído puede ser un síntoma de perforación, requiriendo atención médica.
Los bastones de algodón u otros objetos insertados en el oído son una causa común de perforación en adultos y especialmente, en niños. Con un tratamiento local y protegidos del agua, la perforación remitirá espontáneamente.
Cualquier perforación de tímpano se debe proteger totalmente de la entrada de agua durante la ducha o el baño. Tapones de algodón con protección externa pueden ser una buena solución para proteger el oído.
- Tratamientos
Miringoplastia
La miringoplastia consiste en reconstruir mediante un injerto, la membrana timpánica perforada. Una vez anestesiada la membrana con un anestésico de contacto el cirujano cortará la superficie con un instrumento adecuado que estimulará la curación de la perforación, y en muchos casos, el tímpano se cerrará. Al mismo tiempo el cirujano colocará una tira en forma de pequeño cilindrode un papel especial en la superficie exterior de la membrana, que hará de matriz que permitirá que la piel crezca por debajo de la membrana. Las perforaciones no siempre se curan con estas técnicas. A veces es necesario aplicar microcirugía para cerrar la perforación. Este tipo de cirugía se llama timpanoplastia. A menudo se realiza ambulatoriamente y permite irse a casa el mismo día de la intervención.
Las perforaciones que hace tiempo que se han producido pueden complicarse con sordera o pérdida auditiva. Las infecciones yla erosión de los huesecillos que rompen la cadena osicular del oído medio, producen la sordera. Una audiometría nos determinará el grado de pérdida. Si no se ha producido la curación y la audición mejora después de la colocación de un injerto, nos indicará que la cadena osicular está intacta. La reconstrucción de la membrana timpánica será el procedimiento curativo, en este caso. A pesar de ello, cuando hay una sordera de hace tiempo y no mejora con el injerto, es muy probable que los huesecillos hayan sido dañados. También, en algunos casos, la perforación es tan grande que no puede ser reparada. En esta situación, y antes de la intervención no hay forma de determinar el estado de la cadena ósea.
Una infección muy activa que no se puede resolver con las técnicas habituales, puede indicar una infección de la apófisis mastoidea. La apófisis mastoidea es el hueso duro que se encuentra detrás del pabellón de la oreja y se nota si lo oprimimos. Dentro de este hueso hay un espacio lleno de aire llamado cavidad mastoidea. Este espacio de aire conecta con el oído medio que también está lleno de aire. Las infecciones del oído medio pueden pasar a la cavidad mastoidea causando serias infecciones llamadas mastoiditis. Puede ser necesario un escáner para evaluar esta posibilidad adicional.
Timpanoplastia
La cirugía para reconstruir la membrana timpánica se denomina timpanoplastia. Esta cirugía se puede practicar con anestesia general o con anestesia local. Muchos pacientes prefieren estar despiertos mientras se realiza esta intervención. En pequeñas perforaciones se puede practicar con anestesia local y sedación. Normalmente se practica una pequeña incisión dentro del conducto auditivo y se interviene el tímpano con ayuda de un microscopio. Si la perforación es muy grande o no está al alcance del cirujano puede ser necesario practicar una incisión desde el exterior. En este caso, el acceso desde el exterior permite al cirujano revisar el estado de la cadena osicular. El tejido para reparar el tímpano se extrae de la misma oreja. Una pequeña cantidad de Gelfoam se colocará dentro y fuera de la oreja.
Al cabo de 2 o 3 horas, el paciente ya puede irse a casa, según el tipo de cirugía que se le haya practicado.
Al cabo de un mes, el gelfoam se habrá disuelto y será necesario revisar el estado de la intervención. Hay que evitar la entrada de agua en la oreja así como sonarse. Si se padece algún resfriado o alguna alergia su médico le recetará algún descongestionante y también antibióticos.
Los niños pueden volver a la escuela en 1 o 2 días. Generalmente, la actividad escolar será menor y no se podrán practicar deportes hasta dentro de un mes después de la intervención. El éxito de la intervención de timpanoplastia se da en un 90% de los casos, mejorando la audición a partir de dos meses después de la intervención. Un fracaso puede ocurrir si hay una infección inmediatamente después de la intervención, si penetra agua dentro del conducto auditivo, o por un desplazamiento de las estructuras después de la cirugía. Después de 3 o 4 meses el paciente ya se puede volver a bañar normalmente. Pueden presentarse acúfenos y ruidos como resultado de la perforación. Normalmente, estas sensaciones desaparecen con el cierre del tímpano, y también mejora el nivel de audición. A pesar de todo, es difícil predecir si los acúfenos se seguirán oyendo o no.
Timpanoplastia con reconstrucción osicular
Si los huesecillos están desgastados, la reconstrucción osicular puede ser necesaria al mismo tiempo que se hace la timpanoplastia. En algunos casos la necesidad se puede determinar antes de la intervención, pero en la mayoría de los casos se ve la necesidad al mismo tiempo que se tiene el oído abierto y se examina al microscopio. Es entonces, cuando el cirujano determinará si la reconstrucción de la cadena osicular se realizará al mismo tiempo que la reconstrucción del tímpano.
Hay diversas opciones. Si el desgaste es pequeño se puede resolver insertando una pequeña porción de hueso o cartílago del mismo paciente. Si el desgaste es importante se puede sacar el hueso y modelarlo (como si fuese una prótesis dental), a fin de restaurar la conexión entre los huesecillos. Una prótesis artificial también puede resolver este problema. De hecho, la estructura del hueso artificial permite ser integrado y asimilado completamente en el oído medio. Las técnicas de construcción actuales de estas prótesis osiculares, han reducido mucho el rechazo.
- Resultados
La timpanoplastia no se puede recomendar en todos los casos. La sinusitis crónica o las alergias severas dificultan esta intervención. En todo caso, han de ser controladas antes de la intervención. A veces, las amígdalas y las vegetaciones adenoideas se han de extirpar primero para resolver la infección como fase previa a la intervención de timpanoplastia. El oído y la nariz están conectados por medio de la trompa de Eustaquio. Si hay una infección activa en los senos o en la nariz, los materiales infectados pueden taponar la trompa de Eustaquio. Las alergias severas pueden inflamar la trompa que normalmente está recubierta de una membrana mucosa, y si no se controlan las alergias, la inflamación bloqueará la trompa de Eustaquio y cualquier intento de reparar el tímpano, fallará.
La timpanoplastia puede no ser recomendada en los niños muy pequeños. No obstante, es un tema muy controvertido, ya que si no se resuelven las perforaciones de tímpano pueden formar colesteatomas. Si se observan las precauciones habituales, los resultados de la timpanoplastia son muy buenos. Antes de la intervención se deben tratar las infecciones, que pueden requerir el uso de antibióticos y una limpieza semanal con el microscopio, en la consulta del médico. Los cirujanos consideran que un 90% de las intervenciones de timpanoplastia dan los resultados esperados, el cierre de la perforación y la mejora del nivel de audición.
Los resultados de la timpanoplastia con reconstrucción osicular varían según el grado de desgaste de los huesecillos. Con una cadena osicular intacta, la recuperación auditiva es muy buena una vez se ha cerrado la perforación del tímpano. En un elevado porcentaje de operaciones se obtiene un buen resultado. Si el tímpano y la cadena osicular están muy destruidos por causa de una infección o enfermedad previa, la reconstrucción se deberá hacer en diversas etapas. El primer paso será la reconstrucción del tímpano, y el segundo paso será la reconstrucción de la cadena osicular, en un intervalo de 6 a 12 meses entre ellos. Estas dos intervenciones, a veces se pueden realizar al mismo tiempo.
Si existe una infección mastoidea, puede que la timpanoplastia vaya acompañada de una mastoidectomia. Esta intervención denominada timpanomastoidectomía, no sólo contempla la reparación del tímpano sino también, en la misma operación, se interviene el hueso mastoideo y se extirpa el tejido enfermo. Este procedimiento puede alargar la intervención 45 minutos o más, pero mejorará las posibilidades de éxito.
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