Colomé Calafí María
A menudo, las personas que sufren trastornos en el olfato y el gusto dan poca importancia a sus síntomas. Esto es un error, puesto que el olfato y el gusto tienen un rol importante en nuestras vidas, y su mal funcionamiento puede ser tanto un síntoma como una causa de otros trastornos de salud.
La causa más común de las alteraciones del olfato y el gusto son los procesos alérgicos o catarrales, sean de origen vírico o bacteriano.
Las causas de tipos laborales, como la exposición a determinados productos químicos, como disolventes o insecticidas, vapores, polvo, humo, virus, bacterias, hongos, y algunos medicamentos pueden estar en el origen de los desórdenes en la olfacción.
Los enfermos de cáncer de cabeza o cuello que están expuestos a sesiones de radioterapia pueden experimentar trastornos en el olfato o en el gusto.
La edad, tal como pasa en los órganos de la visión o el oído, también es un factor de disminución de los sentidos del olfato y del gusto.
El tabaco, la contaminación ambiental, y otros hábitos tóxicos como el pegamento y la cocaína, con toda probabilidad, causarán daños a medio plazo y producirán una disminución de las capacidades olfativas y gustativas.
Otras causas de este desorden son los pólipos o tumores de las cavidades nasales, alteraciones estructurales como las dismorfias septales, infecciones de los senos, problemas dentales o cambios hormonales (embarazo, menopausia).
Las alteraciones en el olfato y el gusto pueden indicar la existencia de enfermedades hereditarias o adquiridas como la anosmia selectiva, algunas alteraciones hepáticas, alteraciones inmunológicas, tumores, traumas nasales, la obesidad, la diabetes, la sarcoidosis, la mala nutrición, la afectación del lóbulo temporal, el autismo, o algunas enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como las enfermedades de Parkinson o Alzheimer.
Es importante recordar que las alteraciones olfativas pueden ser un primer aviso de un posible tumor cerebral.
Si tiene alguno de estos síntomas, tendría que acudir a un especialista en rinología:
- Percepción debilitada de algunos olores concretos
- Falta de percepción de olores que otras personas perciben
- Percepción de olores desagradables que otra gente no nota
- Predominio del olor de una sustancia concreta por encima de otras
- Percepción errónea de un olor (p.ej. ante un ramo de flores, percibir olor otras cosas)
- Percepción de gustos inexistentes.
- Disminución de la percepción de algunos gustos.
El diagnóstico se determina a partir de la exploración endoscópica de las fosas nasales y otros métodos como el olfatometría, la gustometría, pruebas de diagnóstico por la imagen o exploraciones neurológicas completas.
Los tratamientos variarán en función del diagnóstico y pueden consistir en tratamientos farmacológicos, cambios de hábitos, acompañamiento psicológico y/o terapias complementarias. Algunos casos pueden requerir también cirugía.
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