Gil-Vernet Sedo José María
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El aparato urinario humano está integrado por 2 órganos principales: los riñones, que son los órganos encargados de producir la orina, y la propia vejiga, donde la orina se almacena para luego salir al exterior a través de la uretra. Los uréteres conducen la orina desde el riñón hasta la vejiga.
Sí, existen medicamentos que pueden exacerbar los síntomas:
- Antihistamínicos y antidepresivos tricíclicos: disminuyen la fuerza de contracción del músculo vesical.
- Descongestionantes (anticatarrales): aumentan la contracción de los músculos que rodean al cuello de la vejiga.
- Diuréticos: aumentan la producción de orina.
- Opiáceos: alteran los mecanismos neuromusculares de la micción.
La orientación terapéutica dependerá de la severidad de los síntomas que presenta el paciente y podemos dividirla en tres grupos:
- Seguimiento periódico (watchful waiting): Recomendado para aquellos pacientes con síntomas leves y sin afectación en su calidad de vida. El especialista le aconsejará una revisión periódica para asegurarse de que no sufre ninguna complicación derivada de la HBP.
- Medicación: Existen dos grandes grupos de fármacos, que son los alfa-bloqueantes y los inhibidores de la enzima 5-alfa-reductasa.
- Alfa-bloqueantes: Estos fármacos fueron inicialmente utilizados para el tratamiento de la hipertensión arterial porque actúan relajando el músculo que rodea las arterias. Esta misma acción es la que se produce sobre los músculos que rodean el cuello de la vejiga y la uretra prostática, mejorando así el caudal urinario. Los alfa-bloqueantes no disminuyen el tamaño de la próstata ni afectan los niveles de PSA. Los más utilizados son la tamsulosina y la alfuzosina, que son más uroselectivos. Se administran por vía oral con una única dosis diaria ya que su formulación mantiene el efecto durante 24 horas. También, aunque en menor proporción, se usa la terazosina y la doxazosina. La mejoría de los síntomas se aprecia a las 2-4 semanas de haber iniciado el tratamiento, alcanzando su máxima eficacia a los 3 meses. Como efectos secundarios cabe destacar la congestión nasal, la hipotensión ortostática o postural, el cansancio y la eyaculación retrógrada (el semen se dirige a la vejiga durante la eyaculación por la relajación muscular del cuello vesical).
- Inhibidores de la enzima 5-alfa-reductasa: Son fármacos que actúan impidiendo que la testosterona se convierta en dihidrotestosterona, suprimiendo así el crecimiento prostático y disminuyendo en un 25-30% el tamaño de la próstata. Son más beneficiosos en próstatas de más de 40 gramos y la mejoría de los síntomas se aprecia partir del sexto mes de tratamiento. Estos fármacos disminuyen el riesgo de retención urinaria y la necesidad de someterse a un procedimiento quirúrgico en el futuro. Actualmente hay dos fármacos en el mercado (la finasterida y la dutasterida), que se administran por vía oral con una única dosis diaria. Los efectos secundarios más frecuentes son la disminución del deseo sexual (4%), la disfunción eréctil (7%), la disminución del volumen de semen (2%) y la ginecomastia (2%). Hay que tener en cuenta que disminuyen los niveles de PSA, por lo que se debe aplicar un factor de corrección para conocer su nivel real.
- Tratamiento combinado: Si los síntomas son severos, pueden combinarse un alfa-bloqueante con un inhibidor de la enzima 5-alfa-reductasa, pues se ha visto una mayor eficacia en la mejoría urinaria cuando se utilizan dos fármacos.
No. En el siglo pasado, cuando todavía no se disponía de fármacos eficaces como los que hemos mencionado, el especialista recurría a la prescripción de los llamados "remedios naturales" como los extractos de Pygeum africanum, Serenoa repens, Hypoxis rooperi, Urtica dioca, semillas de calabaza, etc. En algunos casos mejoraban la sintomatología pero era debido al conocido "efecto placebo" y no a una actividad farmacológica concreta.
En la actualidad, hasta un 34% de pacientes con HBP los utilizan, pues piensan que son productos "naturales" y "seguros", creyendo que con su uso podrán evitar procedimientos quirúrgicos y, con falsas esperanzas, prevenir el cáncer de próstata. La realidad es que los últimos trabajos científicos no han demostrado eficacia alguna de la Serenoa repens ni del Pygeumn africanumcomparados con el placebo. En el año 2006 un estudio publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicinedemostró que la Serenoa repens no mejoraba la sintomatología de la HBP obstructiva.
Hoy en día la American Urological Association (AUA) no recomienda el uso de la fitoterapia y nosotros no consideramos que sea lícito el uso de placebos cuando existen fármacos de probada eficacia en nuestro medio.
El tratamiento quirúrgico será recomendable en aquellos pacientes que presentan:
- Una sintomatología moderada o severa (resultado IPSS mayor a 25) y mala calidad de vida que no pueden ser controlados con el tratamiento farmacológico.
- Episodios de retención urinaria aguda sin respuesta al tratamiento con medicamentos.
- Varios episodios de infección urinaria asociados a sintomatología severa.
- Sangre en la orina sin respuesta al tratamiento con inhibidores de la 5-alfareductasa.
- Presencia de litiasis (piedras) en la vejiga.
- Insuficiencia renal derivada de la obstrucción urinaria.
Las técnicas quirúrgicas se basan en extraer, destruir o disminuir de tamaño (atrofiar) los tejidos de la HBP y, de este modo, dejar un amplio canal a la salida de la vejiga para una micción sin problemas. Estas técnicas no eliminan la totalidad de la glándula prostática, puesto que su extirpación sólo estaría indicada en los pacientes con cáncer de próstata.
Prostatectomía abierta. Fue el primer procedimiento utilizado (practicado ya finales del siglo XIX) y en la actualidad se recomienda en próstatas de gran tamaño (más de 90 g) y/o que presentan grandes litiasis vesicales (piedras), divertículos vesicales, estenosis uretral (estrechez de la uretra) o hernia inguinal concomitante.
Se realiza bajo anestesia general o anestesia regional (raquianestesia). El cirujano realiza una pequeña incisión entre el ombligo y el pubis. Se alcanza la próstata a través de la vejiga o del cuello vesical, extirpando el tejido de HBP en su totalidad. Se coloca una sonda uretral que se retira al quinto día de la intervención. El tiempo de ingreso hospitalario oscila entre 5 y 7 días. Los resultados, en los casos seleccionados, son excelentes ya que el paciente presenta mejor caudal miccional en comparación con otros procedimientos menos invasivos (RTU o láseres) y también presenta una incidencia menor de reintervenciones y de estenosis (estrechez) uretral. Con las técnicas quirúrgicas actuales sólo requieren transfusión sanguínea el 7% de los pacientes.
Resección transuretral (RTU) de próstata.
Esta técnica se desarrolló en la década de 1920-30 y su aplicación se extendió a partir de 1970. Desde entonces, la incorporación progresiva de nuevas tecnologías ha introducido mejorías en esta técnica. Hoy en día la RTU de próstata se considera la cirugía más efectiva en el tratamiento de la HBP. Se calcula que el 95% de la cirugía en próstatas entre 30-90 gramos se realiza con esta técnica. Para poder demostrar la eficacia de los procedimientos más innovadores, como las técnicas láser, se comparan con la RTU.
La operación se realiza bajo anestesia general o regional (raquídea) con un resectoscopio, aparato que se introduce a través de la uretra y que, por medio de la corriente eléctrica, va cortando en finas láminas el tejido de HBP y coagulando los puntos de sangrado. Debido a los líquidos de irrigación utilizados, la cirugía no debe prolongarse más de 2 horas puesto que existe riesgo de alteraciones en la composición iónica de la sangre (hiponatremia). El tiempo de ingreso hospitalario oscila entre 2 y 3 días.
RTU plasmakinética y vaporización prostática.
Es la técnica de RTU más avanzada. La energía eléctrica convierte el suero salino en una nube de plasma con un campo de partículas ionizadas que permiten un "corte y sellado" preciso, acortando el tiempo de intervención casi a la mitad comparado con la RTU clásica. Otra ventaja de la RTU bipolar (sistema plasmakinético) es la posibilidad de tratar próstatas de mayor tamaño con menor pérdida de sangre y con un periodo postoperatorio más breve y con menos molestias. Asimismo, esta tecnología dispone de un sistema de vaporización que destruye eficazmente el tejido prostático. El ingreso hospitalario es de 1 o 2 días.
Mañana | Tarde | |
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