Monés Carilla Jordi
El glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular por falta de drenaje del humor acuoso, aunque este no es el único motivo, y tiene como condición final común una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico y cambios en su aspecto.
La prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 1,5 % y el 2 % entre los mayores de cuarenta años. Es una de las principales causas de ceguera irreversible en el mundo.
La presión intraocular alta es uno de los principales factores de riesgo pero no existe una correlación exacta con el glaucoma. Algunos pacientes desarrollan la enfermedad con un nivel de presión intraocular considerado normal mientras que otros sufren cifras altas de presión intraocular sin que se produzca repercusión ocular glaucomatosa.
La pérdida del campo de visión es una consecuencia del glaucoma habitual. Esta pérdida afecta en primer lugar a la parte periférica del campo de visión. Si no se aplica tratamiento, el campo de visión se va cerrando y acaba produciendo una ceguera total en el ojo afectado.
Con el tratamiento oportuno se puede prever o reducir la progresión de la pérdida de visión causada por el glaucoma.
Glaucoma de ángulo abierto
El ángulo irido-corneal es normal. La evolución es lenta, no existen síntomas aparentes pero se deteriora progresivamente la visión; por ello este tipo de glaucoma se conoce como "el ladrón de la vista".
El glaucoma de ángulo abierto, según el origen, se clasifica en:
- Primario. Si no existe otra enfermedad que lo cause. Dentro de este apartado se incluye el glaucoma crónico simple, que es la forma más frecuente de la enfermedad.
- Secundario. Cuando existe otra enfermedad que lo origina.
Glaucoma de ángulo cerrado
Esta situación requiere un tratamiento urgente e inmediato, es una urgencia oftalmológica. Habitualmente, este proceso agudo ocurre cuando la pupila se dilata, provocando en algunas personas un bloqueo de la red trabecular por la parte exterior del iris.
Se produce una disminución del ángulo irido-corneal. Suele producirse con elevación brusca de la presión intraocular, disminución de agudeza visual, visión de halos alrededor de las luces, enrojecimiento del ojo, dilatación de la pupila, dolor intenso, náuseas y vómitos.
El Institut dispone de la última tecnología para el cribado, diagnóstico, tratamiento, y seguimiento del glaucoma.
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