Soler Insa Pere Antoni
La depresión ocasiona un gran sufrimiento personal, en ocasiones tan intenso e insoportable que al enfermo no le importaria morir para evitarlo.
En muchas ocasiones, además de ése sufrimiento propio de la enfermedad, la persona que está deprimida ve aumentado su malestar y dolor por las actitudes ilógicas y nada comprensivas que observa a su alrededor.
1) NEGAR LA DEPRESIÓN. Hay personas que, sencillamente, niegan la enfermedad; dicen que no existe. Dicen que "eso de la depresión es un cuento"; que "antes la gente pasaba muchas penurias y no tenía depresión". Es increíble pero cierto: algunas personas piensan así. No saben que la depresión ha existido siempre (antes se diagnosticaba muy poco, eso sí; y no tenia tratamiento) y existe en todas las culturas y razas. La depresión no es producto de una "debilidad de carácter", es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona sea cual sea su condición o personalidad.
2) CULPABILIZAR AL ENFERMO. Otras personas manifiestan su incomprensión culpabilizando al enfermo. "Que tiene una depresión ? –dicen- ...pero si no le falta de nada!". Esas personas confunden tristeza con depresión. Creen que como para estar triste hace falta un motivo (todos hemos estado tristes en ocasiones a lo largo de nuestra vida, eso es algo normal) para padecer depresión, también; y que si no hay motivo no puede haber depresión. Se equivocan: siempre encontraremos motivos cuando estamos tristes, pero no encontraremos causas "lógicas" de la depresión. Es más la tristeza de la depresión es una "tristeza que ahora no toca" que ni el mismo enfermo sabe "porqué me pasa". De hecho los deprimidos buscan una explicación de lo que les pasa (todos buscamos siempre explicaciones de todo lo que nos pasa: es fácil que si alguien tiene molestias de estómago piense cosas como "debe ser lo que cené ayer") y al no encontrarla puedan creer cosas tan absurdas como "debe ser que ahora me sale aquel disgusto que tuve hace cinco años" (¿dónde "estuvo" ése "disgusto" durante ésos años?).
3) PEDIR IMPOSIBLES. También existen personas que, porque creen que ellos "también han estado deprimidos algunas veces y lo superaron facilmente", piden al enfermo depresivo un "esfuerzo personal" imposible. Les dicen: "tienes que salir y distraerte"..."tienes que animarte". Eso es "pedir peras al olmo". Precisamente la imposibilidad de experimentar placer, de distraerse y disfrutar de las cosas es un síntoma principal de la depresión. La verdad es que si preguntaramos a la gente si alguna vez han estado deprimidos muchas personas nos dirían que sí, pero por suerte para ellos, se equivocan. Nos dirían "sí, estuve deprimido dos dias cuando me dejó mi novia" o, incluso..."cuando perdimos la final de la copa de europa estuve toda una tarde deprimido". Esas personas estuvieron tristes o enfadadas pero no realmente deprimidas, podían distrerse y disfrutar y consiguieron superar ésa tristeza o enfado rápidamente, por eso creen que el deprimido también puede y debe hacerlo. Se equivocan: la depresión es mucho más que estar triste. La depresión es debida a un conjunto de causas genéticas, a veces biográficas, que acaban provocando una real "avería" en el funcionamiento químico del cerebro. Esa "avería" no puede ser reparada por uno mismo (como el diabético "por sí mismo" no puede reparar la avería en el funcionamiento de su páncreas), con "esfuerzo personal".
4) CRITICAR LA MEDICACIÓN. Hay gente que critica sistemáticamente los medicamentos antidepresivos (hay quien critica cualquier medicamento psiquiátrico sin pensar que, por ejemplo, gracias a los medicamentos han desaparecido los antiguos "manicomios"). Esa gente cree que "todo eso son drogas", "te acostumbrarás y ya no podrás dejarlo". Le dicen al paciente "que deje la medicación cuanto antes" o "que tome la mínima posible". Es un muy grave error. Los antidepresivos actuales son fármacos seguros (es muy raro que puedan provocar un efecto secundario grave), no son adictivos, y son eficaces. Los pacientes en tratamiento antidepresivo no requieren controles médicos especiales. Es verdad que algunos pacientes pueden necesitar tratamiento indefinido (aquellos que van repitiendo fases depresivas al cesar el tratamiento) pero el beneficio de la medicación siempre será inmensamente superior a ir padeciendo depresiones. Los antidepresivos deben utilizarse siempre de acuerdo con la prescripción médica. Debe tenerse en cuenta que respetar la dosis indicada es muy importante porque dosis inferiores pueden ser totalmente ineficaces. La duración del tratamiento también es importante y debe ser respetada: las probabilidades de recaer dependen de la duración del tratamiento. Ante cualquier duda o posible efecto secundario consulte a su médico: no haga caso de quienes no saben de qué hablan ni haga cambios en la medicación por iniciativa propia. Si se sigue correctamente el tratamiento, hoy en dia, el pronóstico de la depresión es generalmente bueno.