Claves para cuidar la salud mental de los adolescentes en verano
Son muchas semanas de vacaciones, y muchas veces se requiere un proceso de adaptación, que depende de aptitudes personales – como las cualidades físicas, cognitivas y emocionales- pero también del tipo de convivencia familiar, es decir, de las actitudes educativas y de la calidad emocional y afectiva de la relación padres-hijos. Llegan por fin las vacaciones, tan esperadas por todos, y nos encontramos inmersos en una nueva dinámica juntos las 24 h del día.
Entre las cosas que hacemos los padres y madres, muchas veces sin darnos cuenta, se encuentran las siguientes:
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Disparidad entre padres y madres: cuando nos piden alguna cosa y no lo tenemos clara, es mejor responder: "lo hablamos y te decimos", antes de entrar en contradicciones. Por ejemplo, consensuar horarios de volver por la noche entre los dos padres, ajustándolo a su edad y madurez, y posteriormente trasladarlo a ellos.
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Sobreprotección: asumir y hacerle las cosas genera dependencia, además de adolescentes más sobreexigentes y con muchas demandas a los padres, generando que no aprendan una adecuada capacidad de frustración.
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Comunicación verbal: cuidar la comunicación verbal al hablar con nuestros hijos. Mejor no decir adjetivos de la persona, como por ejemplo: "Eres un desastre". Mejor comunicarnos hablando de acciones o de cosas, por ejemplo, "la habitación está desordenada, hay que recogerla". Se ha de trabajar sobre la actitud y recordar que están en edad de aprendizaje, así que como padres hay que intentar aprender a controlar la impaciencia que provocan algunos momentos de tensión.
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Falta de continuidad: es fácil dejarse llevar por el estado de ánimo a la hora de educar, así que es mucho más claro para nuestros hijos cuando mantenemos una cierta estabilidad en nuestro criterio.
Tenemos que recordar que las vacaciones de verano las esperamos todos con muchas ganas, y para los adolescentes el verano es tiempo de emociones nuevas y de vivir primeras experiencias. Es importante destacar que los meses de verano son bastante propicios para la aparición de trastornos asociados con la alimentación, el abuso de pantalla y el consumo de sustancias como alcohol, tabaco y cannabis.
¿Cómo cuidar de la salud mental de los adolescentes en verano?
Es de vital importancia seguir cuidando la salud mental de nuestros adolescentes en verano, para ello es importante:
- Tratar de mantener una rutina de sueño y comida adecuadas, es decir, que por las mañanas no se levanten más tarde de las 10:00 o 10:30 h de la mañana, y que por la noche no se acuesten muy tarde de forma continuada.
- Uso saludable de la tecnología. Durante el verano muchos adolescentes se quedan solos en casa porque sus padres trabajan o tienen otros compromisos, así que durante el verano el uso de la tecnología todavía se incrementa más. Así que debemos vigilar el tiempo que dedican a las pantallas y limitar su uso una o dos horas antes de ir a dormir.
- Potenciar actividades saludables de ocio. Los meses de verano son una época muy buena para conocer nuevas amistades, nuevas culturas y a salir de su zona de confort. Como por ejemplo, apuntándolos a casales, colonias, campamentos de verano… Es la época perfecta para potenciar las actividades al aire libre, compartiendo su tiempo libre con sus amigos y familia. Es decir, dedicar tiempo de calidad, y de esta forma se fortalecerán más los vínculos.
- Trata de establecer una buena comunicación en la que la empatía es clave. Los adolescentes en el verano salen más con sus amigos, e incrementa el riesgo de comenzar a consumir alcohol y otras sustancias. Hablar con ellos de forma empática y con tranquilidad, explicándole los riesgos de su consumo y resolviendo las posibles dudas que puedan tener.
- Negociar, esencial en la comunicación. Con los adolescentes, negociar es vital. Pero para poder convencer y negociar, hay que también dar ejemplo. Entre las competencias familiares hemos de fomentar la comunicación a través del diálogo siendo asertivos, tener capacidad de autocrítica y ser empáticos para que se puedan sentir escuchados, valorados y comprendidos.
Y recordad, no tenéis que hacerlo solos, podéis acudir a profesionales que ayudamos y tratamos el malestar de los adolescentes y sus familias para poder mejorar su calidad de vida.